SI ME PERMITE

Cuando la colaboración se exige pierde valor

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“No hay acto que no podamos alcanzar trabajando unidos con la claridad de objetivos”. Carlos Slim

La auténtica colaboración nace de dos diferentes relaciones que nunca son impositivas y mucho menos en términos de una exigencia. Normalmente, alguien se ofrece para colaborar en un proyecto porque tiene la capacidad y la habilidad de poner de su parte para que este pueda tener un buen final o bien poder avanzar mucho más rápido de lo que se está haciendo.

' La colaboración sana es la que se obtiene paso a paso para que se hagan los ajustes necesarios.

Samuel Berberián

Es sorprendente que en muchos casos los que se ofrecen a colaborar lo conozcan a uno, aunque uno no siempre conoce de ellos, pero al observar lo que se está haciendo se involucran y terminan convirtiéndose en amigos que por haber colaborado con el proyecto llegan a relacionarse con mayor frecuencia, por la afinidad que puedan tener o bien por los intereses que puedan compartir.

Esto nos desafía para que en el diario vivir y en la diversidad de tareas que realizamos podamos socializar con los que nos rodean y así disfrutar no solo de la existencia del prójimo, sino también poder compartir las diferentes capacidades que ellos tienen, que cuando le damos el espacio correcto gozamos de muchos más beneficios que el simple trabajo terminado.

Es muy gratificante cuando se está desarrollando un proyecto y alguien se acerca y se ofrece a colaborar en lo que se está haciendo, y más que esta colaboración refleje mejoras en el trabajo que al inicio no se habían considerado, todo porque la persona que se ofreció a colaborar tiene la habilidad de sugerir mejoras acertadas para lo que se está haciendo.

Es muy común entre personas que se conocen y saben las habilidades que cada una de ellas tiene que le puedan pedir el favor de que ayude para poder llevar a cabo el proyecto, pero en ningún momento sería prudente y de buen gusto exigir la ayuda, porque uno se preguntaría ¿a cuenta de qué se me está exigiendo ayudar? Claro, es muy diferente si se le está contratando para el trabajo y se le reconocen sus honorarios por la labor realizada. En ese caso no es de ningún modo una colaboración, sino una contratación.

En muchos casos, alguien que ofrece colaborar con un proyecto que pareciera de un par de horas puede extenderse al extremo de que no solo comparten la comida, sino que puede llegar a incluir un tiempo juntos, como un fin de semana, y además no sería difícil que las dos familias desarrollen una relación de amistad que perdure por años, y en un tiempo pensar que todo inició en un acto de colaboración en un proyecto que alguien estaba desarrollando.

El ser humano, por naturaleza, es gregario y en la diversidad de capacidades e intereses, si podemos estar alerta y dejar a un lado lo nuestro y extenderle la mano al prójimo para que su proyecto pueda avanzar, podemos ampliar nuestro círculo de relaciones y amistades que pueden quedar como un legado a toda nuestra familia.

Lamentablemente hay muchos que viven su mundo aislados de todos los que les rodean y con ello pierden no solo la sana convivencia con el prójimo, sino también el beneficio que ellos tienen en su diversidad de capacidades para ayudarnos a lograr nuestros proyectos con mayor eficiencia y añadir amigos con los cuales enriquecemos nuestra vida y la de los nuestros también.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.