SI ME PERMITE
Deberíamos superar tiempos que más desagradan
“La misión de la psicología es darnos una idea totalmente diferente acerca de las cosas de las que más sabemos”. Paul Valéry
' Hay profesionales que tienen la preparación para acompañarnos en el proceso de sanar el pasado.
Samuel Berberián
Sin mayor esfuerzo podemos recordar los tiempos agradables que hemos vivido y con mucho entusiasmo lo compartimos con los que nos rodean, pero en los casos opuestos los desagradables, si los compartimos, esperamos que la gente nos dé la razón, y si no es así lo que hacemos es tenerlos en nuestra mente, al extremo de que nos pueden hacer la vida difícil aun para hacer lo rutinario de la vida.
Nuestra sociedad, en el presente, tiene alternativas para poder superar las situaciones tan desgastantes que podamos tener. Los psicólogos están capacitados y preparados para ayudarnos, si estamos dispuestos a buscar la ayuda de ellos. No solo nos escucharán, sino tendrán algunas alternativas para salir de ese círculo vicioso donde podamos haber sido atrapados. En la modernidad, con el avance de la ciencia, debemos ser sabios y superar las ideas extrañas que había en el pasado cuando alguien buscaba la ayuda de un psicólogo.
Un psicólogo nos podrá ayudar para que la experiencia del pasado que tanto nos afecta pueda transformarse en una experiencia formativa, que no solo sea parte de nuestra vivencia, sino que sea una etapa que, una vez superada, ayudará a otros en nuestro entorno y también nos hará personas mucho más maduras para enfrentar sin mayor titubeo los retos que la vida tiene.
Quedarse atrapado en una etapa de la vida no es extraño, lo extraño es desear quedarse allí y no aceptar ayuda para avanzar y disfrutar todo lo que tenemos por delante en la vida que el buen Dios nos está regalando.
Claro está que el enfrentar situaciones vividas implica que debe haber cambio en forma de pensar, de ver las cosas y en una manera especial de querer aprender a reprogramar nuestra forma de ser para que el nuevo capítulo que iniciamos no solo sea diferente, sino mucho más placentero.
No es extraño que cuando se le recomienda a alguien que busque ayuda profesional para su problema nos dé como respuesta un “yo veo cómo lo arreglo, es un asunto muy personal”, y se note una actitud cortante, pero es como aquel que estando en el agua y tragando agua, y se le ofrece ayuda no la acepta, y en una manera muy autosuficiente quiere arreglarlo a su modo. Puede que lo supere, pero el trauma que le dejará será mucho mayor y si hubiera aceptado la ayuda no debiera pasar tantos momentos desagradables.
Es fácil entender que en esta vida muchas veces podemos tener la solución mucho más accesible a nosotros de lo que imaginamos y alguien capacitado y entendido se puede acercar, y si le permitimos nos puede ayudar a salir del estado en que nos encontrábamos, y una vez despejado eso simplemente mejora nuestra salud, estado de ánimo y productividad.
Debemos admitir que hay muchísima gente que camina y actúa con serenidad, y uno piensa que esas personas están bien, cuando por dentro están muriendo lentamente por los callejones sin salida que tienen en su mente.
Es, sin lugar a duda, un acto de humildad admitir la necesidad de ayuda del profesional y tomar los pasos necesarios para llegar hasta él y así solucionar nuestro problema para que podamos vivir una vida digna y sana, y, por qué no decirlo, que los nuestros también puedan vivir sanamente.