URBANISMO Y SOCIEDAD

Difícil mantenerse encerrado y sin trabajo

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Las crisis por pandemias en Guatemala vienen desde 1940, cuando centenares de microbios patógenos aparecieron o reaparecieron en regiones donde jamás habían sido observados antes. Es el caso del VIH, el ébola, en África Occidental, o incluso el zika, en el continente americano. La mayoría —el 60%— son de origen animal.

Para satisfacer su apetito carnívoro, el hombre arrasó una superficie equivalente a la del continente africano, con el objetivo de alimentar y criar animales destinados al sacrificio. Algunos de ellos tomaron luego los caminos del comercio ilegal o son vendidos en mercados de animales vivos (wet markets). Allí, especies que probablemente nunca se hubieran cruzado en la naturaleza se encuentran enjauladas lado a lado y los microbios pueden pasar alegremente de una a otra, con lo que las enfermedades procedentes de Europa causaron más muertos que las armas. En cuanto al coronavirus, según análisis filogenético podría provenir de los murciélagos, que son el huésped original del virus, un animal que se vende en el mercado de mariscos en Wuhan.

' ¿Aquí no pasa nada? En el mundo ya hay 780,000 afectados.

Alfonso Yurrita Cuesta

Según la historia, los virus que conocemos, como la viruela y el sarampión, que infectan a los seres humanos, han evolucionado a partir de los que infectan a otros animales. Aparecieron por primera vez en seres humanos en Europa y el Norte de África hace miles de años.
Estos fueron traídos a América por los europeos, durante la época de la conquista, cuando los nativos no tenían resistencia natural contra esos virus, por lo que millones murieron a causa de las epidemias.

Entre 1519 y 1600 la población indígena de México pasó de entre 15 y 30 millones a dos millones. Este colapso demográfico fue consecuencia, en gran medida, de una serie de epidemias de diversas enfermedades, entre ellas la viruela, el sarampión y el cocoliztli, uno de los más potentes, que afectó amplias porciones de México y Guatemala, en el sureño estado mexicano de Oaxaca.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la población indígena de Guatemala sufre por la pandemia del coronavirus, en que los pueblos indígenas experimentan altos niveles de mortalidad materna e infantil, desnutrición, afecciones cardiovasculares, VIH/sida y otras enfermedades infecciosas como el paludismo y la tuberculosis. Especialistas consideran que la población indígena está en alto riesgo por el ataque de covid-19, debido a la desnutrición, anemia, diabetes y otras afecciones que presentan, además de la falta de servicios adecuados de salud. Aunque algunos pueblos indígenas ya han decidido restringir el ingreso a sus territorios de visitantes foráneo, la situación higiénica de sus viviendas no son las más apropiadas.

El personal de un movimiento de limpieza residencial a nivel nacional ha ido creciendo en su categoría en los últimos años, pero es insuficiente para cubrir todos los departamentos. Indica un encargado que una brigada de seis personas tiene que cubrir hasta ocho departamentos y se encarga de implementar todo el protocolo, que va desde la deschatarrización, la alfabetización y métodos de control larvario como medida de prevención del dengue utilizado para disminuir la población de mosquitos y la fumigación: “No nos damos abasto. Esta situación se nos fue de las manos”.

Monseñor Rosolino Bianchetti, obispo de Quiché, manifestó ante esta crisis sanitaria que atraviesa el país a causa del covid-19 que ya comenzó a afectar la economía de las familias más pobres de Quiché. Y de todo el país.

ESCRITO POR:

Alfonso Yurrita Cuesta

Arquitecto con estudios de urbanismo en Land Reform Training Institute, Taiwán / Lincoln Institute of Land Policy, Inc., EE. UU. Director de la Unidad Planificación Urbana Municipalidad de Guatemala. Desarrolló el Plan Regulador de Antigua Guatemala.