SIN FRONTERAS

Dos desconocidos y te cambia el destino

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Era 2005 y uno de mis clientes profesionales era un banco. Un día recibí de ellos una invitación para participar en un equipo multidisciplinario que buscaría crear un seguro para migrantes. Para ello, el banco nos llevó a Los Ángeles. El proyecto finalmente no prosperó. Pero al final del último viaje, uno de los contactos con quien habíamos tenido afinidad me preguntó si yo, como notario, podía ayudarlo con un trámite legal. Accedí dándole mi tarifa usual en Guatemala; convertida a dólares salía en 300. El señor me dio esos trescientos y cincuenta más. Extrañado, con los billetes en la mano, le dije: “Paisano, te dije que eran $300”. Pero él tuvo un gesto que dio un giro inesperado a mi vida. Sonriendo y dándome una palmada en la espalda me respondió: “Oye amigo, quiero que aprendas cómo trabajamos los migrantes. Te doy 50 más, porque lo quiero bien hecho”. Mi quijada cayó al suelo. Aquí, en Guatemala, la costumbre era que mientras más dinero tiene el cliente, más probabilidades hay de que intente ahorrar regateando. Esa singular y única experiencia hizo girar mi vida hacia un camino que jamás anticipé. Por ello, empecé a viajar a Los Ángeles, pensando que ahí encontraría a un millón más como aquel primer cliente, y que todos actuarían así.

' ¿Por qué haces lo que haces? Una pregunta que todavía no termino de responder.

Pedro Pablo Solares

El esfuerzo de Los Ángeles fracasó ese mismo año. Pero un amigo que trabajaba desde lo público me hizo reflexionar en 2008: “No necesitas estar en esta gran ciudad para atender clientes migrantes”. Puedes ir a uno de los pueblos pequeños, donde quizás no vive un millón de connacionales, pero sí unos 5 o 10 mil, que se conocen entre sí, y que son más que suficientes para tu práctica profesional. Es así como primero conocí los pueblos del sur de Delaware. Un lugar cuyo nombre no conocía más allá que por las clases de Estudios Sociales de primaria, y porque me hacía recordar el nombre de aquella deliciosa agua envasada, que en botella de vidrio sabía mejor. Un día, estando yo ahí, hubo un evento de Consulado Móvil. A mí me llevaron para dar consejos legales gratuitos. Yo llegué porque quería arraigarme a la oportunidad. De pronto, de la nada, un señor de humildísimo aspecto, con rostro envejecido, sin dientes frontales y corta apariencia académica me pidió si yo, como notario, podía realizarle un trámite de registro civil. Le conté que eso no era con abogado, sino con el consulado, señalándole la cola. El señor –que se llamaba Alfredo- con seguridad serena me respondió que no. Que él quería hacerlo con un abogado privado, y me pidió que lo auxiliara. -“Sos abogado, verdad?” – “Sí, soy abogado, pero ese trámite no lo hacemos los abogados. Los hace el consulado y la cola es esa”. Alfredo no se rindió, y de nuevo, serenamente, me dijo que un abogado privado podía hacerlo. Su mirada certera me hizo dudar. Un momento bochornoso pues en las aulas jamás aprendimos ese trámite internacional, y de hecho yo mismo, que en ese entonces era catedrático de Derecho Notarial, no conocía lo que al final terminé averiguando: que Alfredo tenía razón, y que un notario podía sustituir para ese trámite al consulado. ¿Cómo lo sabía él? ¡Quién sabe!

Tras eso, terminé dedicando mi profesión a atender migrantes desatendidos en 14 estados. Fue cargarse una tarea que debiera asumir el Estado en las manos de un individuo. Ese trabajo mutó eventualmente a un activismo más público, para que el gobierno atendiera estas necesidades. Hace unos días hablaba con una persona querida que me planteó la pregunta: ¿Por qué haces lo que haces? Una pregunta que todavía no termino de responder. Pero que me hizo recordar cómo a veces, personas o eventos totalmente inadvertidos, hacen girar tu vida hacia un destino no anticipado. Para mí, estos dos señores dieron nueva forma a mi vida. ¿Cuáles momentos han hecho cambiar la tuya?

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.