FUERA DE LA CAJA

El agradecimiento es más que un valor

A lo largo de varias semanas hemos hablado sobre los valores intangibles de las empresas y hemos hecho énfasis en que la reputación es uno de los más importantes. Esta no es más que la forma en que me veo y cómo me perciben quienes me rodean. Lo mismo aplica para las empresas. Su reputación depende de cómo se ven las organizaciones a sí mismas y qué opinión tienen sus colaboradores, clientes y proveedores sobre su operación y sus prácticas laborales.

Casi siempre las organizaciones grandes transmiten una idea, muchas veces equivocada, de que se trata de máquinas sin alma, por lo que la reputación que han construido no es muy halagadora que digamos. Hay un detalle, sin embargo, que permite a las personas y a las organizaciones mejorar la percepción que se tiene de ellas: el agradecimiento.

La gratitud es una acción poderosa que nos permite acercarnos a lo que queremos, es la clave del éxito. Dar gracias nos abre más puertas que el ignorar. La reputación sin un sentido de agradecimiento no es auténtica. No olvidemos que nuestros padres se esforzaron mucho en enseñarnos a ser agradecidos cuando éramos niños. El truco es agradecer sin esperar nada a cambio. Debe ser un gesto sincero para que se perciba de esa manera.

' Cada vez que damos las gracias, los clientes se sienten más comprometidos y quedan invitados a visitarnos de nuevo.

Felipe Aguilar

Al hacerlo estamos beneficiando a quienes nos rodean. ¿Cuándo fue la última vez que felicitamos a un colaborador en público, no necesariamente con un bono? Muchas veces basta con valorar el trabajo y el esfuerzo que hacen las personas por nuestra empresa, ya sea por medio de un correo, una nota o una felicitación en la reunión semanal. Pero también podría también tratarse de un cliente o un proveedor, que nos da un excelente servicio que va más allá de la relación puramente comercial.

Ser agradecido es la mejor técnica de fidelización de clientes que pueda existir. Cada vez que damos las gracias, los clientes se sienten más comprometidos y quedan invitados a visitarnos de nuevo. Crea un vínculo difícil de superar con cualquier otra palabra. Para tener negocios respetables, que tengan una reputación excelente, es imprescindible fomentar las buenas relaciones con una mentalidad de honestidad y agradecimiento.

El problema es que la importancia de dar gracias de manera genuina pasa desapercibida o forma parte del perfil estratégico de las corporaciones. El agradecimiento genera muchos beneficios para el ambiente laboral, humaniza a las instituciones ante su entorno externo, fomenta un significado adicional a los procesos y fomenta la motivación.

Tiene un efecto como de búmeran, pues lo que damos es lo que recibimos de vuelta. Si apreciamos las buenas intenciones y acciones de nuestros colaboradores y clientes, seremos retribuidos con las mismas acciones. No quiero dejar de mencionar todo lo bueno que nos trae también a nivel personal ese ejercicio de humildad. Hace que seamos de esas personas a las que todo mundo quiere saludar, nos hace interesantes. Aprendemos a mantener una actitud positiva, a ver el vaso medio lleno, a disfrutar los rayos del sol que se cuelan entre las nubes de tempestad.

Hoy es un buen día para poner en práctica este valor, así que quiero darle gracias a usted que mensualmente me ha acompañado en esta aventura que ha sido para mí escribir una columna en Prensa Libre. Una oportunidad que me ha dejado muchas enseñanzas y satisfacciones. Sin embargo, he asumido el reto de servir a mi Guatemala en otros ámbitos.

Pero no me despido del todo, simplemente es una pausa en esta conversación mensual. Gracias nuevamente y hasta pronto.

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