Entre 1983-1985 se creó el Plan de Restauración de la Plaza Mayor y sus expansiones. Se denomina Plaza el espacio público que forma parte de un centro urbano, que se caracteriza por estar a cielo abierto, generalmente rodeado de árboles o de edificios, y permitir a sus visitantes la realización de diversas actividades, desde descansar, contemplar los árboles —esos que quieren quitar en plena pandemia—, como manifestar.

La Plaza Mayor fue el centro de la ciudad, tanto en el plano físico como en términos de importancia histórica. Es el lugar donde se fundó la segunda capital, con lo que Guatemala pasó a ser una de las ciudades más importantes de América, con dos capitales. Así también es la zona donde se desarrollan las actividades más importantes de la misma, tanto económicas, políticas, sociales administrativas y recreacionales.

El estar haciendo desmanes constructivos en esta zona solo le quitan su valor. En parte fue el motivo por el que se realizó su recuperación, pues la Plaza la habían convertido en parque, con lo que había perdido parte de sus objetivos. Dentro de estos estuvo: al oriente, ensalzar la Catedral; al norte, el Palacio Nacional; al poniente, un parque musical, con la concha acústica; al sur, el Pasaje Rubio, edificio perteneciente a la corriente arquitectónica del art deco que hubo en la ciudad, con una función comercial y habitacional.

Alrededor de la Plaza se desarrolló la ciudad, cuyo origen fue el trazado ortogonal de las ciudades del Nuevo Mundo, uno de los temas más estudiados por reconocidos arquitectos, geógrafos, arqueólogos e historiadores del siglo XX, donde ubica sus casas la élite, formando un plano reticular desde la Plaza Mayor.

Ante estos problemas urbanos, nace la idea de crear el Centro Histórico, con el proyecto Renacentro, desde la Facultad de Arquitectura de la Universidad de San Carlos, en 1989, siendo el Arq. J. M. Magaña su fundador, junto a los arquitectos Roberto Aycinena, Fernando Masaya, licenciado Miguel Álvarez y Vilma Brol de Sosa, del movimiento por la conservación del Centro Histórico de la ciudad de Guatemala, en 1993.

Fue durante la administración municipal del licenciado Óscar Berger que se creó el Consejo Consultivo para la Conservación del Centro Histórico en la figura Renacentro, dentro de la ley para la Protección del Patrimonio Cultural de la Nación (decreto 26-97 del Congreso de la República), Declaratoria del Centro Histórico (área geográfica), por acuerdo del Ministerio de Cultura y Deportes el 13 de agosto de 1998 y el Reglamento del Centro Histórico, y acuerdo municipal el 2 de agosto del 2002. Se sumaron valiosos aportes de profesionales, como los de Silvia Tejeda, José Luis Menéndez, Alfonso Ortiz Sobalvarro, Isabel Paiz de Serra y otros.

Fue un plan interinstitucional, enfocado en el rescate del área, integrado por la Universidad de San Carlos, el Ministerio de Cultura y Deportes —amparado formal y legalmente por el Reglamento para la protección y conservación del Centro Histórico y los conjuntos históricos de la Ciudad de Guatemala—, la Municipalidad de Guatemala forma parte de la “Legislación del Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala”, en que también se integra la “Ley para la protección del Patrimonio Cultural de la Nación”, decreto 26-97 del Congreso de la República de Guatemala, así como la Declaratoria del Centro Histórico, según acuerdo ministerial 328-98 del Ministerio de Cultura y Deportes, que en contradicción de sus antecesores propone esta ilegalidad.