ALEPH

El cerebro reptiliano, la EIS y las elecciones

|

El cerebro reptiliano está localizado en la parte inferior trasera del cráneo. Es la parte más primitiva y antigua del cerebro, encargada de las funciones básicas, de la supervivencia y de los instintos. Es incapaz de aprender, vive en el aquí y el ahora, es pura impulsividad. Y aunque las neurociencias reconocen hoy más y mejores interacciones de esta área con otra más nueva y altamente desarrollada del cerebro, el neocortex, es en el cerebro primitivo donde están las funciones de sobrevivencia.

' Siete de cada 10 adolescentes consumen pornografìa desde los 12 años, según un estudio de Save the Children.

Carolina Escobar Sarti

Cuando hay elecciones en Guatemala y la gente tiene la oportunidad de poner en evidencia su capacidad intelectual y su empatía (o la ausencia de ambas), siempre tengo la impresión de que muchas personas, tanto entre los candidatos como entre la población, usan únicamente el cerebro reptiliano. La superficialidad, mojigatería, irracionalidad, rabia y doble moral con las que se refieren a los temas de niñez, familia, aborto, educación integral en sexualidad(EIS), entre otros, es lamentable e irresponsable. Por eso sucede tanto que los discursos que los mismos candidatos dijeron en campaña, se contradicen luego con sus acciones cuando llegan a los cargos públicos. No son responsables de sus palabras ni de sus ideas.

Guatemala es el país de Latinoamérica donde los gobiernos invierten menos en la niñez y, sin embargo, cada cuatro años, los partidos mal usan a niños, niñas y adolescentes para sus campañas o como tema-pretexto de ataque ante su contricante electoral. Guatemala es uno de los países con mayor desnutrición infantil del planeta, donde 1 de cada 2 niños y niñas menores de 5 años padecen desnutrición crónica, pero donde aún hay candidatos a la presidencia que la niegan. Guatemala es el país de América Latina con mayor cantidad de embarazos en niñas y adolescentes (10 cada hora según el OSAR), pero nadie quiere hablar de educación integral en sexualidad, menos los políticos, porque eso ofende las “buenas costumbres” de una sociedad conservadora.

Guatemala es el país donde una candidata a la presidencia, hace referencia a la iniciativa de ley número 6157, Ley sobre Educación Integral en Sexualidad, propuesta en octubre del año pasado por la bancada del partido oponente, y asusta a la población porque la palabra “cuerpos” aparece en ella. Primero, debe saber que lo contenido en la 6157 ya está en innumerables leyes aprobadas durante gobiernos anteriores. Luego, asegura, muy irresponsablemente, que la EIS podría estimular la pornografía y la trata de niños y niñas.

Siete de cada 10 adolescentes consumen pornografìa desde los 12 años, según un estudio de Save the Children. Eso lo consumen en los celulares o computadoras que sus familias les proporcionan y es la peor “pedagogía” sexual, porque los lleva a buscar cada vez sexo más duro y más violento. Por el contrario, una educación integral en sexualidad, ofrecida desde la casa y la escuela, se basa en evidencia científica, es gradual de acuerdo a la edad y etapa del desarrollo, y está basada en planes de estudio con altos estándares de calidad educativa. Está comprobado que los niños, niñas y adolescentes que reciben esa formación, retrasan el inicio de las relaciones sexuales y padecen o ejercen menos violencia sexual. Además, construyen relaciones más responsables y saludables.

Con respecto a la trata de personas, quisiera decir que estamos hablando de un delito, y una sola de sus 16 modalidades es la de la explotación sexual. El delito más denunciado en el Ministerio Público de Guatemala es el de violencia sexual contra las mujeres de todas las edades y contra niños, y eso tiene que ver con una cultura machista que normaliza la violencia sexual, aprovechada por las redes criminales establecidas en un país corrupto, violento y empobrecido, para favorecer la trata de personas, especialmente de niñas, niños y adolescentes.

Ojalá la clase política fuera más informada, inteligente, educada y responsable con lo que dice y hace. Pero siguen apostándole a lo más primitivo de sus cerebros.

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.