Desde Ginebra

El consenso responsable de la OMC

Recientemente se ha cuestionado el consenso, debido a que algunos miembros han abusado de esta herramienta.

En la OMC, uno de los principios es la toma de decisiones por consenso. El consenso es cuando un acuerdo o cualquier decisión se produce con el consentimiento de todos los miembros. La falta de consenso se expresa con un solo miembro que exprese el disenso. Una decisión, no obstante, no implica un consentimiento de cada uno de los miembros, sino más bien una aceptación con ausencia de oposición.

Recientemente se ha cuestionado el consenso, debido a que algunos miembros han abusado de esta herramienta.

El consenso se aplica desde hace varias décadas. La OMC, como su antecesor, el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), ha adoptado  decisiones según el consenso entre sus miembros. Para llegar a un consenso entre los 166 miembros  hace falta flexibilidad, tanto en el contenido del posible acuerdo en cuestión como en el método de negociación de los acuerdos. El sistema multilateral de comercio se rige por varios principios fundamentales, entre ellos  la no discriminación,  transparencia y  consenso. 

Los acuerdos, incluidos los niveles de los aranceles y otras obligaciones, se definen teniendo en cuenta las sensibilidades de los miembros y este es uno de los motivos de que los acuerdos de la OMC sean tan complejos. Además de los ya mencionados, también rigen, como mencionaba antes, otros principios, que incluyen un enfoque que permita a todos los miembros hacer aportaciones a las negociaciones.

Es decir, todas las decisiones importantes son adoptadas por la totalidad de  miembros, ya sea  sus ministros, que se reúnen en las conferencias ministeriales al menos una vez cada dos años, o  sus embajadores y técnicos, que se reúnen en las negociaciones, tanto en el Consejo General  como en otros comités regulares que se llevan a cabo en Ginebra.

Las disposiciones las aplican los propios miembros, con arreglo a procedimientos   negociados por ellos,  que incluyen la posibilidad de sanciones comerciales. Pero estas las imponen los países miembros, con la autorización de todos. Es completamente diferente de lo que ocurre en otros organismos cuyos funcionarios pueden, por ejemplo, inferir en la política de un país mediante la amenaza o presión para lograr objetivos particulares.

Una de las propuestas fue presentada por el Grupo ACP (África, Caribe y Pacífico), titulada Preservación de la práctica actual de la adopción de decisiones basada en el consenso en la OMC, y argumenta por qué no puede apartarse de la práctica actual de adopción de decisiones basada en el consenso que proporciona equidad a todos los miembros.

La segunda propuesta fue distribuida por ocho países, titulada Consenso responsable. Esta pide que se renueve el compromiso de mantener la práctica del consenso de manera “responsable”, a fin de garantizar que la OMC siga siendo la piedra angular del sistema multilateral de comercio basada en normas, y mantenga su pertinencia al lograr una prosperidad compartida para todos sus miembros. En la OMC no se delega la autoridad en una junta de directores ni en la jefe ejecutiva de la Organización.

Recientemente se ha cuestionado el consenso porque algunos miembros han abusado de este, lo que, según algunos expertos, ha dificultado concluir las negociaciones multilaterales en un tiempo razonable y ahora las propuestas presentadas para una mayor definición del concepto del consenso. Lamentablemente no se llegó a un acuerdo durante el debate en el Consejo General de mayo, por lo que se hará un retiro más amplio a principios de julio.

ESCRITO POR:

Eduardo Sperisen Yurt

Embajador. Representante permanente de Guatemala ante la OMC. Fue primer presidente y fundador de la Gremial de Exportadores de Productos No Tradicionales y presidente del Grupo de Negociación multilateral del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC.