SI ME PERMITE

El diálogo debe ser siempre ruta de doble vía

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“Para dialogar, preguntad primero; después, escuchad”. Antonio Machado

El auténtico diálogo es algo que se debe aprender y entender desde los conceptos más básicos que lo establecen en la sociedad, y una vez entendido se debe tener la disciplina necesaria para desarrollarlo hasta poder alcanzar la pericia y excelencia, como los antiguos lo hicieron y hasta el día de hoy son modelos que no solo se deben admirar, sino también se debe aprender de ellos.

' El arte del diálogo se aprende primero, luego se cultiva durante la vida para alcanzar la pericia.

Samuel Berberián

Cuando entendemos que el diálogo es una herramienta que nos acompaña toda la vida, es bueno en los años formativos que los que somos mayores ayudemos a los pequeños a tomar los primeros pasos en el proceso del diálogo, y antes de limitarlos es muy importante encauzarlos con pasos firmes hasta que puedan lograr el arte del diálogo.

Muchos mayores, por haber sido limitados en sus años formativos en cuanto a poder participar en la conversación de sus mayores, fueron excluidos, en lugar de ser instruidos, porque en el arte del diálogo se debe saber cuándo y con quiénes se puede dialogar y qué temas se deben debe escoger y por qué.

Cuán felices y bienaventurados los que fueron rodeados de maestros que con la máxima pericia supieron encaminarlos en el diálogo, al extremo de que, a pesar de las correcciones, han logrado momentos de máxima gratificación porque, sin lugar a duda, fueron vivencias que en una modalidad escalonada les han permitido ser expertos en dialogar, al punto de que algunos han llegado a destacarse como interlocutores en momentos difíciles, y con ello fueron útiles a los suyos en el desarrollo del diálogo propositivo.

Cuando una conversación está en desarrollo y algunos de los presentes mantienen un silencio por un tiempo extendido, uno debería preguntarse por qué y además considerar si no está haciendo daño el silencio cuando es un miembro parte de lo que se está tratando y sin lugar a duda los aportes que pudiera aportar podrían ser provechosos.

Es sorprendente observar cómo el diálogo muchas veces se inicia en algo muy simple o posiblemente intrascendente, pero en la medida que se está avanzando puede llevar a los panoramas más gratificantes y productivos que hay, casos en los cuales, por un diálogo de esa naturaleza, han nacido proyectos gigantescos que han cambiado el curso de la historia humana y los presentes estamos cosechando los resultados porque alguien se tomó el tiempo y coherentemente intercambió unas ideas dialogando con su prójimo, y las cosas han llegado a acontecer como un encadenamiento de eventos.

Por lo mismo, no debemos aislarnos y alejarnos de los que nos rodean, sino que tengamos la determinación de interactuar para ser de provecho. Nuestra sociedad hoy, tristemente, tiene demasiados objetos en los cuales podemos poner nuestra atención en lugar de interactuar con los que nos acompañan.

Sin lugar a duda, cuando vemos un programa de televisión o algún programa en línea tenemos la facilidad de desconectarnos para disfrutar. Pero tengamos cuidado, porque luego, cuando la persona se va de viaje o sus días llegan a su fin, lo lamentamos desconsoladamente porque cuando estuvo a la par nuestra no nos ocupamos dialogando.

Es tiempo de autoevaluarnos, determinarnos a cultivar el diálogo y saber disfrutarlo, como también de hacer nuestra vida e ideas partícipes con los que tenemos a nuestro derredor.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.