REGISTRO AKÁSICO

El discurso de la razón extraviada

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El desplazamiento de la objetividad hacia los relatos personales, permea el ambiente intelectual. Machacada una y otra vez por los filósofos franceses de fin de siglo, Derrida, Lacán y sobre todo Foucault, se ofrece una anticipación del mundo de opiniones tomadas como verdades por la ciudadanía ingenua, expresada en votaciones y manifestaciones ambiguas. La elaboración del relato sirve para conformar el contexto, para convertir en insubstanciales a los datos. Al final, cualquiera con un trino, un tuit, los puede negar.

' La corrección política, el veneno más potente contra los juicios dictados por el sentido común.

Antonio Mosquera Aguilar

¡Qué importa que se hunda el país! Si yo estoy bien. Arruinar la estabilidad económica no importa si tengo la capacidad de retirar mi patrimonio hacia islas bancarias seguras. Todavía más dividendos, si se consigue la fama donde se borran errores y se presenta como la personificación de una posición política para entregar el futuro, al asalto del poder por parte de las grandes fortunas del país y los poderes financieros globales.
Emilio Lamo de Espinosa *1946, pasa revista a la tensión del siglo XX, expresada por Max Weber: “Se puede medir la honestidad de un filósofo contemporáneo por su posición en relación con Marx y con Nietzche”. En el siglo XXI, tal disyuntiva perdió sentido. Por una parte, Marx ha ganado la partida en la interpretación del mundo. El juicio histórico está en función del estado de la economía. Absolutamente todos: desde la izquierda naturalmente, hasta la derecha sorprendentemente, son marxistas.

No se aprecia de la misma manera, la aceptación de las ideas nietzscheanas. Habiéndose creado el mundo de lo políticamente correcto, no es posible disentir. Pero frente a esa pretendida unanimidad, se esconde el fraccionamiento de la humanidad, separada en múltiples proyectos étnico religiosos con diferentes futuros. La razón y la naturaleza son escindidas en racionalidades distintas, asentadas en dioses cuyas religiones se alzan frente a quienes han proclamado la muerte de Dios. Si hay diferentes relatos, quién tiene la razón. Si la reproducción humana está asegurada en el mejoramiento de la atención hospitalaria, quien evita el expolio a la naturaleza. El programa es pedir cada vez más, pero se consigue en función del orden de sociedades ordenadas de ricas a pobres. Dicha jerarquía se expresaba en el cerco a la alternativa soviética, hoy es el anhelo de conservar al mundo, en un eterno siglo XX.

Por lo tanto, la conformidad proviene del goce material generalizado, aunque carezca de sustentabilidad; mientras la corrección, basta ser expresada verbalmente para conseguir unanimidad sobre las diversas conductas de simulación. Se inaugura el mundo de la posverdad, de las redes diseminadoras de bulos. Son imágenes de una sociedad no existente. Cada uno escoge la conveniente para asegurar la fuerza de la voluntad personal, en el supermercado de las opiniones. La reiteración de la mercancía la convierte en demandada.

Cuando se habla de política, se repite el aborrecimiento de la corrupción. El sociólogo Lamo de Espinosa, hace notar el sentido moral de poder elevar juicios éticos, pero sobre la base de una incapacidad de reconocer lo cierto de lo falso. En estas semanas, la condena al racismo inunda la comunicación. Aunque no quepa, el discurso se reitera, se fuerzan los hechos para ganar popularidad.

Mejor quedar callados ante hechos horrendos. Pasar como habitantes mudos de un país, donde las agencias noticiosas del mundo, están acostumbradas a tacharlo de salvaje, porque la defensa carece de fuerza alguna para hacerse notar. Además, muchos ganan cuando denigran a sus coterráneos.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.