SI ME PERMITE

El final de año es como un final de capítulo

|

“Tú puedes retrasarte, pero el tiempo no lo hará”. Benjamín Franklin

Cada final de año que vivimos debemos reconocer que tiene sus propias particularidades y por lo mismo podemos recordar sin tener que compararlo con otros, porque no podemos negar que todas las comparaciones terminan haciendo injusticia a lo que hemos vivido y con quienes lo hemos compartido. A la verdad, la vida es como un rompecabezas que cada año es una pieza única, pero en el conjunto hacen todo un cuadro digno de contemplarlo.

' Por qué lamentar por lo que no se hizo este año, es mejor proponernos cambiar este nuevo año.

Samuel Berberián

Cuando llegamos al final del año debemos tomarnos un tiempo para reflexión y evaluación y en ninguna manera debe ser un tiempo de frustración, para que no perdamos la claridad de ver el año que habremos de iniciar con todos sus desafíos y también con todas las probables alternativas que nos puede ofrecer.

Debemos de tener el máximo cuidado de no embriagarnos con los logros que podamos haber alcanzado en el año que está concluyendo, porque si nos dejamos llevar por algunos logros posiblemente perdamos la necesaria perspectiva que el año nuevo nos habrá de ofrecer.

La vida que cada uno de nosotros estamos viviendo lleva su propio ritmo y por mucho que podamos correr no recuperamos el tiempo perdido y tampoco logramos avanzar por más que le apliquemos prisa a nuestro andar. Debemos saber con claridad donde estamos y definir realistamente hasta donde podemos llegar y paso a paso ir progresando con la debida paciencia, porque muy probablemente habremos de enfrentar imprevistos los cuales nos obligarán de algún modo a hacer ajustes y luego reenfocar nuestras metas trazadas y nuestros planes que con tanto cuidado habíamos trazado.

Cuando entendemos que el tiempo es un aliado en todo lo que emprendemos lo habremos de respetar, porque muchas veces nos pareciera que las cosas no avanzan y nos podemos de algún modo desesperarnos, pero con ello lo único que logramos es perder la panorámica de lo que la vida ofrece y descuidamos algunas oportunidades que posiblemente no las habíamos considerado pero que de algún modo nos pueden favorecer para que lleguemos a incursionar en áreas nunca antes consideradas.

Cuando somos cuidadosos en lo que queremos alcanzar debemos darnos suficiente espacio y tiempo para una sana introspección, porque si lo hacemos podremos alcanzar la debida proyección con el correcto cálculo de tiempo y esfuerzo que necesitamos para avanzar. Hay quienes viven toda la vida corriendo y apurados y cuando necesitan un tiempo para poder tomar un respiro y descanso, aquellos que aparentemente venían atrás los alcanzan y llegan antes que el que había corrido. A la luz de las responsabilidades que hemos adquirido y las capacidades con las que contamos debemos saber cual es el ritmo que la vida nos exige y de ese modo avanzar con la calma necesaria hasta alcanzar las metas que nos hemos trazado.

Es sabio que al inicio del año como un nuevo capítulo podamos hacer planes realistas para no estar en una modalidad monótona, sino creativamente incursionemos en lo que hemos determinado no solo para nuestro provecho personal sino también para que el provecho alcance a los nuestros, sabiendo que somos un equipo y nos ayudamos los unos a los otros para terminar bien el año y claro iniciar el nuevo año con fuerzas renovadas y con entusiasmo contagioso.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.