CABLE A TIERRA
El hundimiento del modelo económico y sociopolítico
Da pavor ver las noticias: hundimientos físicos de la infraestructura vial en el Anillo Periférico y en la calzada Roosevelt de la capital que nos recuerdan las tragedias ocurridas, por la misma causa, en las zonas 6 y 2, Ciudad Nueva, hace ya varios años. Ahora, un auto caído en el abismo provocado por otro hundimiento, esta vez en jurisdicción de Mixco, ilustra de manera impactante la extrema vulnerabilidad en la que se desarrolla la vida del capitalino como resultado del abandono de décadas de la infraestructura más esencial de la ciudad de Guatemala y sus áreas conurbadas. La ciudad de Guatemala y Mixco encabezan el abandono y deterioro de la infraestructura urbana que se encuentra a lo largo y ancho del país.
Derrumbes, deslaves, un basurero fuera de control que cada año genera tragedias en vidas humanas perdidas y la creciente destrucción del Lago de Amatitlán. Inundadas las calles y los pasos a desnivel, pero los hogares sin acceso a agua potable. Un sistema que le hace negocios a los que venden el agua, patrimonio de todos, como que fuera su recurso privado, frente a la total impasividad del Estado. Treinta y cinco años y nada cambia. Los mismos a cargo; el más claro ejemplo de cómo se usa la infraestructura y recursos municipales y del Estado para reproducir el poder de un clan familiar, sin que a cambio siquiera se hayan preocupado por entregar una mejor ciudad a cambio. Lo cosmético se impone, apelar al imaginario de “ciudad moderna” porque tiene rascacielos y centros comerciales; pasos a desnivel que se convierten en lagunetas urbanas cada invierno. Ganan reelecciones a través de apelar a los peores rasgos y emociones de la clase media guatemalteca.
' La élite depredadora carcome ya las entrañas del Estado-Nación.
Karin Slowing
El modelo obsoleto de gestión fracturada del área metropolitana más grande y más importante del país se ha impuesto persistentemente para salvaguardar el caciquismo familiar, modelo que se reproduce en muchas otras municipalidades también, pues el marco legal permite la reelección indefinida de gente que solo llega a consolidar sus fortunas personales y a poner los territorios a disposición de las más infames acciones.
La ciudad de Guatemala, Mixco y el libramiento de Chimaltenango son tres ejemplos del poder consolidado que se alimenta de la destrucción de todo lo que toca. Una kakistocracia complaciente, cubierta por el manto de la impunidad que silenciosamente ha tejido el Ministerio Público con la actual fiscal general. Tres vivos ejemplos de cómo la élite depredadora está, literalmente, carcomiendo las entrañas del Estado-Nación; ese que fundó con violencia, expropiación, explotación y desprecio por el guatemalteco común, especialmente el indígena y campesino. Un odio que se extiende y expande tanto o más que el covid-19. Tristemente, no hablo en metáfora. Cada día que pasa es un hecho más real, palpable, tangible.
Si la ciudad de Guatemala y su área conurbada están en esta situación, siendo el símbolo del poderío político y económico del #PactoDeCorruptos, su lugar de habitación, y desde donde confabulan y operan su modelo corrupto y depredador, ¿qué de bueno se puede esperar? El hundimiento no es solo de la tierra; es el modelo socioeconómico y político el que hace aguas, el que hunde al país, el que nos ha convertido en paria, compitiéndole el último lugar a Honduras en indicadores de desarrollo. Cada vez el cacareo de la “estabilidad macroeconómica” y del crecimiento del PIB tiene menos eco. Los verdaderos héroes de esas cifras son los migrantes indocumentados que, con sus remesas, sostienen no solo a sus familias, sino a esa misma élite depredadora que les niega todas las oportunidades, mientras nos arrastran a todos al colapso.