CIVITAS

El liderazgo después de la neblina

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Pareciera que fue hace una eternidad, pero en realidad tan solo cuatro meses atrás tuvimos elecciones generales donde elegimos libremente a nuestros representantes. Se supone que ese ejercicio democrático deriva en que las personas que mejor representan nuestras preferencias llegan al poder para liderar el rumbo político del país. Con casi treinta partidos políticos, miles de candidatos y funcionarios electos, pensaríamos que hay un amplio panorama de liderazgos políticos para atender crisis o momentos de tensión como los vividos las últimas semanas de octubre de 2023. Sin embargo, el silencio de los partidos políticos, de diputados en funciones y electos, alcaldes y demás, es preocupante. ¿Dónde está el liderazgo?

Para responder dónde está el liderazgo político en Guatemala es necesario reflexionar en qué es lo que valoramos de los políticos, qué es un verdadero líder y qué hace falta para que actúen.

En estos tiempos lo que valoramos de los políticos es bastante básico, pero necesario, para garantizar el contrato social al que todos pertenecemos. La integridad y la honestidad, la competencia (experiencia o conocimientos) y un compromiso con el servicio, más que el interés personal, es lo que esperamos de quienes llegan al poder público. Además de estas cualidades éticas y profesionales, se espera un compromiso con ciertos principios de libertad y respeto a los derechos individuales. ¿Estos líderes existen? El discurso de inauguración de 1981 de Ronald Reagan refleja con esperanza cuál es un verdadero liderazgo, pues sí existe. Reagan defendió la importancia de los valores y la libertad, reconoció una crisis de confianza en su país y que los líderes deben transmitir más que solo optimismo. Para él, la sabiduría, la comunicación clara, la determinación y la defensa de la libertad debían ser la base del liderazgo de cualquier político.

' Requerimos de liderazgos que no piensen que por ostentar el poder son más importantes que las personas a las que representan.

Christa Walters

Sin embargo, hay una brecha grande entre estas virtudes en discurso y la realidad de la vida política de nuestro país o de cualquier otro. Especialmente en tiempos de crisis, la expectativa de este tipo de líderes es muy alta, y en Guatemala está ausente.
Ciertamente, en otras esferas (academia, empresarial, cultural) existen individuos con una reputación impecable y un historial que evidencia un auténtico liderazgo. No obstante, ellos no están en política. Por eso, octubre de 2023 fue un balde de agua fría, ya que evidenció que los liderazgos que el país requiere están en muchos otros lugares, pero no en los representantes que elegimos (salvo unos cuantos), por eso la necesidad de los políticos de acudir a estos otros. He escuchado de muchas voces variadas que las actitudes del presidente en funciones y del presidente electo han dejado mucho que desear, ya que, en medio de una polarización social tan alta, se han tardado bastante en guiar las tensiones a salidas efectivas o simplemente pragmáticas.

Así como Reagan entendió la crisis de confianza de su país en los 80, ahora en Guatemala estamos viendo todos los días la desconfianza que hay hacia quienes piensan distinto, hacia las instituciones de justicia, al presidente, a las autoridades electas, y muchas otras. Por eso, la urgencia de liderazgos responsables y serios. Al exigirlos, debemos estar conscientes como ciudadanos de que estos liderazgos son necesarios, mas no deben representar una “salvación” o “mesías”, pues es así como los populistas se venden e infiltran los sistemas para destruirlos.

Requerimos de liderazgos que estén a la altura, y que no piensen que por ostentar el poder son más importantes que las personas a las que representan. Su grandeza se determina por la virtud que empleen, y en estos momentos parece que atravesamos la neblina para encontrarlos. Más que reflexionar en qué liderazgos necesita el país, encontramos la oportunidad de redefinir cómo incentivar de una manera asertiva a quienes demuestran genuinas capacidades para el servicio con principios.

ESCRITO POR:

Christa Walters

Politóloga egresada de la Universidad Francisco Marroquín. Presidenta Ejecutiva del Movimiento Cívico Nacional, una asociación civil que promueve la consolidación de una verdadera República en Guatemala.