SI ME PERMITE

El logro del escultor se valora si lo finaliza

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“La escultura no es una ciencia, sino un arte totalmente mecánico
que provoca sudor y fatiga corporal en su realizador”. Leonardo Da Vinci

Cuando estamos visualizando a alguien trabajando una escultura es muy fácil entender que en cada golpe que está dando al objeto que tiene delante de él es el proceso de reproducir la figura que tiene en su mente hasta lograr, finalmente, contemplar en su trabajo terminado un objeto que llegó a pasar de una idea inicial o una figura en la mente a ser un arte que todos pueden apreciar.

' Un mal golpe del escultor puede destruir todo el arduo trabajo que ha logrado hasta ese momento.

Samuel Berberián

Lo anterior puede también fácilmente ser representativo en todo lo que el humano hace en esta vida, no solo en la escultura, sino en todo lo que logramos, desde un trabajo hasta una simple relación. Debe iniciar con una idea hasta terminar en un logro, al igual que un objeto se tiene presente y se contempla, es como un logro o bien un fracaso.

Entonces, bien se puede decir que todos, de alguna manera, somos escultores trabajando en lograr algo que solo nosotros sabemos qué queremos que llegue a ser. De ahí las satisfacciones por lo que se ha podido hacer o bien las frustraciones y decepciones por aquello que no pudimos hacer llegar a lo que en un principio habíamos soñado.

Tristemente, en esta vida muchos tenemos en nuestros recuerdos cosas que, si bien un día las iniciamos, nunca llegaron a un feliz y gratificante término.

En algunos casos, sin duda, fue mejor, porque no nos hubiera favorecido, pero en otros se puede lamentar, por el hecho de que, si lo hubiéramos terminado, nuestro presente tendría otra realidad y seguramente podría haber cambiado nuestra vida para bien.

Si conservamos el concepto del escultor, también debemos tener presente que cuando este dé un mal golpe al objeto que está tallando, puede cambiar o destruir todo el esfuerzo en el que había avanzado.

Posiblemente muchos que practican el arte de esculpir han tenido que cambiar la idea final por el hecho de que un golpe cambió el perfil del trabajo o bien algunos muy posiblemente lo abandonen porque la creatividad no les asiste para rescatar el trabajo que habían iniciado.

Como mortales, posiblemente tenemos en nuestro haber muchas relaciones que fueron de algún modo frustradas por un comentario que se hizo fuera de tiempo o que era innecesario, y por haberlo expresado se desmoronó una relación que había llevado buen tiempo para construirse y quedó truncada simplemente por ese comentario que o no era el correcto o se hizo fuera de tiempo.

Esto nos enseña que el ser humano está claramente limitado en tiempo y espacio, y que las cosas deben hacerse o decirse en el momento correcto y en el lugar correcto, y si se logra esto es como el golpe certero que el escultor aplica a su objeto para darle la forma que tiene en mente.

En la práctica de nuestra vida, muchas veces nos hemos disculpado por algo que hicimos o bien dijimos, y las personas amablemente nos perdonan, pero ese simple hecho del perdón no reconstruye las relaciones, posiblemente hace que uno sea más cauteloso para no volver a vivir el pasado.

La madurez de la vida nos tiene que permitir tal modo de conducta que podamos ser artistas en nuestras relaciones, para que no simplemente se cultiven, sino que se aprecien por el beneficio y la gratificación que dejan con el tiempo.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.