IMAGEN ES PERCEPCIÓN
El protocolo para la toma de posesión
El próximo domingo será investido el presidente electo, Bernardo Arévalo. Los preparativos incluyen una serie de actividades protocolarias que iniciarán desde el 13 de enero, con la llegada de las delegaciones internacionales, que ya han confirmado su participación. Entre ellos están el rey de España, Felipe VI; los presidentes de México, Chile, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador y Paraguay. Los primeros ministros de Belice y Aruba. Además de otros importantes representantes de organismos internacionales.
' Lo más importante de este evento no es el simbolismo, sino el fondo: “Buscar un cambio radical para salvar a Guatemala”.
Brenda Sanchinelli
El 14 de enero será el día más importante de la agenda, que incluirá la sesión solemne en el Congreso de la República y, posteriormente, la toma de posesión del nuevo presidente en la Gran Sala Efraín Recinos, del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias. Las ceremonias del Estado de Guatemala son manejadas por la cancillería, y en general se rigen por la ley de Ceremonial Diplomático. Normalmente la toma de posesión exige un riguroso orden que les explicaré a continuación como un dato interesante.
La primera fase de la ceremonia es realizada en el Congreso de la República, y aquí se ha mantenido un protocolo muy estable y riguroso desde décadas atrás. Se nombran comisiones de etiqueta, integradas por los diputados que recibirán a los presidentes y vicepresidentes actuales y electos. En este acto no participan los jefes de Estado y delegaciones. Luego desfilarán por la alfombra roja y los guiarán hasta el escenario del recinto parlamentario.
La Mesa de Honor estará presidida por la presidenta del Congreso y ocho miembros de la Junta Directiva, el presidente del Organismo Judicial y los presidentes y vicepresidentes entrantes y salientes. En esta sesión solemne del Congreso de la República, el presidente saliente entrega sus “Insignias de Mando” (banda presidencial larga, pin de presidente y collar presidencial, que contiene la llave que abre la urna donde se resguarda la Constitución Política de la República de Guatemala (que está en el Congreso).
En la segunda fase de la sesión solemne, que se realiza en el Teatro Nacional, el presidente entrante es juramentado por el presidente del Congreso. Guatemala utiliza el esquema del Protocolo Norteamericano, donde el cónyuge sostiene la Constitución para la juramentación. (En el caso de EE. UU., sostienen la Biblia). El presidente es investido con las Insignias de mando y toma su lugar en la mesa de honor. Luego se procede a la firma del Libro de Oro (que se utiliza desde 1892, donde constan todas las actas de Tomas de Posesión. En su pasta hay un escudo nacional de bronce).
Para finalizar, el nuevo presidente de la República pronunciará su discurso, y se cierra la sesión del Congreso. Luego de esta ceremonia, se espera un saludo a la población en la Plaza de la Constitución. Posteriormente la Juramentación del Gabinete de Gobierno, en el Palacio Nacional de la Cultura. Cerrando ese día con el saludo oficial de los jefes de delegaciones internacionales a las nuevas autoridades de gobierno.
Para finalizar, el 15 de enero, habrá una misa solemne —Te Deum— en la Catedral Metropolitana, y luego los honores del Ejército al nuevo presidente, para cerrar el proceso de cambio de mando. Pero indistintamente de todo este protocolo y ceremonial, lo más importante de este evento no es el simbolismo, sino el fondo. Cada cuatro años ha llegado al poder un presidente, peor que el anterior período. La esperanza de la ciudadanía en esta ocasión es que Bernardo Arévalo haga historia y rompa este círculo vicioso, que ha llevado a Guatemala a los peores índices de corrupción a nivel mundial. Y que responda positivamente a todo el apoyo que le ha brindado gran parte de la población.