PUNTO DE ENCUENTRO
El pueblo unido jamás será vencido
Titulo esta columna con la estrofa de la histórica canción de la izquierda chilena, que este domingo volvió a retumbar en las calles de Santiago como himno de festejo por el triunfo de Gabriel Boric, quien será el presidente más joven de Chile y el más votado desde la recuperación democrática. Boric, y el amplio espectro de fuerzas políticas que lo respaldó, derrotaron una multimillonaria campaña de miedo desatada en su contra por las elites económicas y la derecha chilena. El candidato que enfrentaba, José Kast, cuyo hermano fue ministro de la dictadura de Pinochet y él mismo la reivindica, quiso instalar el falso dilema entre “comunismo o libertad” y auguró el caos si ganaba Boric. Pero no le alcanzó, perdió por 12 puntos de diferencia.
Mayoritariamente, el pueblo chileno no se dejó engañar y votó para resolver el dilema real que enfrenta ese país: terminar con la herencia de la desigualdad y el recorte de las libertades que dejaron la dictadura de Pinochet y el neoliberalismo. Gabriel Boric, de 35 años y proveniente de una familia de capa media alta del interior de Chile, fue protagonista de la rebelión estudiantil que inició en 2006 en reclamo por la gratuidad de la educación, que mostró las primeras grietas del tan propagandeado “modelo chileno”. Junto a Giorgio Jackson y Camila Vallejo fueron las caras más visibles de ese movimiento. En 2011 fue electo diputado y participó de la creación del Frente Amplio de Chile, una expresión política por fuera de la Concertación, la alianza de centro izquierda que fue central en la salida de la dictadura. Estuvo al lado de las grandes movilizaciones populares de 2019 que, luego de ser ferozmente reprimidas por el gobierno de Sebastián Piñera, desembocaron en la convocatoria a un referéndum, la elección de una Convención Constituyente y la caída de la constitución heredada de Pinochet.
' Hay que construir unidad y alternativas políticas reales para que la esperanza le gane al miedo.
Marielos Monzón
En esta elección fue candidato por la coalición Apruebo Dignidad conformada por el Frente Amplio, el Partido Comunista de Chile y varias fuerzas de izquierda. Salió segundo, a pocos puntos de Kast. Inmediatamente convocó a las y los otros candidatos progresistas a construir una propuesta unitaria para la segunda vuelta. De allí surgió el “Acuerdo de implementación programática”.
El programa tiene cuatro grandes ejes. Crecimiento sustentable: apoyo a la pequeña y mediana empresa, negociaciones laborales y presencia del Estado. Sistema de pensiones: reforma del sistema, eliminación de las aseguradoras privadas, pensión básica universal. Reforma de la Salud: un sistema público de acceso universal y basado en la atención primaria. Reforma Tributaria: impuesto a la renta para las grandes empresas, reducción de exenciones, impuesto a la riqueza, a la gran minería y medidas contra la evasión. También tiene aspectos transversales como la ampliación de derechos, la defensa del medioambiente, el fin de la herencia pinochetista y el respeto a los pueblos originarios, su cultura y sus derechos. Su lema de campaña es un buen resumen: Para vivir mejor. Desde el gobierno, Boric se comprometió a impulsar los reclamos más importantes de la rebelión social de 2019. Al comenzar su campaña dijo: “En Chile nació el neoliberalismo y aquí será su tumba”. Este domingo, ante la explosión de alegría de cientos de miles en las calles, señaló: “La esperanza le ganó al miedo”.
¿Por qué importa el triunfo de Boric y de la izquierda en Chile? Porque muestra que el camino es la defensa de la libertad y de la igualdad; que hay que construir unidad, la más amplia posible, y que los liderazgos no se inventan, surgen de las luchas populares de verdad. Chile nos muestra que por más poder que se concentre, la desigualdad termina por ser intolerable y que hay que luchar y construir alternativas políticas reales para que la esperanza le gane al miedo.