RINCÓN DE PETUL

El Quiché se fue

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De 2003 a 2023, las remesas se multiplicaron por diez, haciendo suponer que la población migrante también tuvo aumento similar. Pero los flujos no crecieron uniformemente por el territorio nacional. En el último quinquenio, algo singular sucedió en el departamento de Quiché.

Ya algo curioso notábamos en los viajes al campo en 2019. En ese entonces colaboré con la producción de un extenso artículo sobre migración climática titulado ¿A dónde se irán todos?, de Abrahm Lustgarten, para la revista dominical del New York Times y Propublica. En Guatemala, uno de los puntos de enfoque fueron comunidades campesinas afuera de Panzós, Alta Verapaz. Un lugar donde la emigración hacia
EE. UU. no se había logrado desarrollar, pero donde podía notarse tanto el deseo de los aldeanos de irse como la ausencia de coyotes locales que les llevaran. Aun así, los entrevistados habían logrado contacto —todos— con coyotes de otra región. Eran de Playa Grande e Ixcán. Ya suficientemente peculiar parecía eso, dada la lejanía y diferencias entre ambos lugares. Pero especial señal despertó cuando también otros entrevistados, en Jutiapa, comentaron que sus coyotes también eran de aquellos municipios del norte quichelense.

' Las remesas de Quiché crecieron por un factor de 4.6. Casi el doble de la tendencia nacional.

Pedro Pablo Solares

Unos años antes de esas singulares alertas, lo que se escuchó fue que los focos de la oferta del coyotaje estaban en Soloma, Huehuetenango; y otros en ciudades fronterizas, tal como Tecún Umán, en San Marcos. No era de extrañar, pues, que esos dos departamentos estuvieran situados en segundo y tercer lugar de remesas a nivel nacional, solo detrás del área central de Guatemala. Así, la Encuesta Sobre Migración y Remesas de OIM de 2016 arrojó que, en aquel entonces, Quiché era el séptimo departamento, según la cantidad de remesas recibidas. Pero seis años después, ya en 2022, en la siguiente medición, OIM reportó un fenómeno extraordinario: El Quiché, de séptimo, pasó a ocupar el segundo lugar, solo detrás del área central de Guatemala, escalando cinco posiciones, y desplazando a los insignes de la migración, San Marcos y Huehuetenango, con —encima— poblaciones significativamente mayores. Una visión, meramente cínica, propondría que la migración crece porque hay coyotes. Un esfuerzo más integral por entenderlo, explicaría que los coyotes surgen porque hay intención de viajar, lo que empuja en dirección hacia la pregunta de siempre:

¿Qué provoca que los pueblos emigren? Y, particularmente, ¿qué pasó en los últimos años, y qué contribuyó a tan singular escalada de los pueblos de Quiché? De 2016 a 2022, a nivel nacional, las remesas aumentaron 2.5 veces. En cambio, las de Quiché aumentaron por un factor de 4.6. Casi el doble de la tendencia nacional. ¿Fueron determinantes, acaso, los recurridos agentes locales, como alguna inestabilidad económica particular del área, el cambio en los ciclos de lluvia o el desarrollo del crimen organizado a lugares como Ixcán o Joyabaj, notable en migración? O ¿habrán influido más las causas de atracción? Estas que tienen más que ver con la economía y el trabajo en las ciudades de EE. UU. hacia donde viajan los quichelenses. En todo caso, ¿qué diferenció a este departamento de los demás? Es claro que quedan más preguntas que respuestas en una encuesta de OIM que da para mucho más de lo que se ha profundizado a nivel nacional.

* Esta columna defiende el legítimo resultado electoral del 20 de agosto, y cerrará con este mensaje independiente al tema de cada artículo, hasta la esperada toma de posesión del presidente y vicepresidenta electos Bernardo Arévalo y Karin Herrera, el 14 de enero de 2024.

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.