SI ME PERMITE

El regalo refleja el perfil de la relación

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“La voluntad y no el regalo hace al donador”. Gotthold Ephraim Lessing.

Es muy interesante observar cómo, para algunos, el momento de tener que escoger o comprar regalos es un tiempo placentero de distracción y entretenimiento, cuando para otros no es más que una angustia el tener que hacer la misma tarea. Esto mismo nos confirma que no somos iguales y enfrentamos la misma tarea con una marcada diferencia en las emociones.

' La claridad en nuestras relaciones personales nos facilita el poder escoger lo que hay que regalar.

Samuel Berberián

Por ello, cuando estamos escogiendo regalos para determinadas personas a las que queremos agradar y complacer reflejamos nuestra personalidad, al extremo de que los que reciben el regalo conocerán nuestros sentimientos y apreciarán el toque particular que nosotros pusimos en el regalo que estamos dando.

El detalle de dar un regalo en los diferentes círculos de relaciones que mantenemos, en particular en estos días de fin de año, se nota claramente que más que simplemente cumplir con una costumbre muy tradicional está el hecho de poder agradar y complacer a la persona a la que le llevamos el regalo, sea esta un niño o bien una persona mayor, parientes o conocidos.

Exactamente por ello debemos ser extremadamente cuidadosos, porque en la escogencia de los regalos muchas veces se han logrado mejorar las relaciones entre las personas, pero no podemos negar también la falta del cuidado necesario y la discreción en los regalos en alguna ocasión. Por ello hay relaciones que terminan, y lo hacen con un mal sabor, y esto es un asunto que se puede evitar si a lo que se hace se le ha prestado la suficiente atención y se ha trabajado en las diferentes alternativas que podemos tener escogiendo lo mejor.

La realidad de nuestro medio es que muchos esperan que se les regale algo y no es más que una actitud infantil o de inmadurez, porque el mejor regalo que los seres humanos tenemos en la vida es la amistad y la relación de los que nos rodean, que va mucho más allá de algo que viene envuelto en papel de regalo. Un simple abrazo que llega con toda sinceridad o una sonrisa de aprobación, o bien el hecho sencillo de que uno pueda contar con esa persona en cualquier momento.

El detalle que se debe tener presente es el agradecimiento por un regalo recibido, no porque sea algo de nuestro agrado lo recibido, sino primordialmente se expresa la gratitud por que la persona pensó en uno, y por ello tomó el tiempo de buscar algo apropiado e invertir en ello para expresar un aprecio que siente por uno. Este es un sentimiento que deberá ser correspondido, porque si no se le corresponde, simplemente se va muriendo y llega a ser una de tantas personas con las cuales teníamos una relación especial y ha desaparecido. Añadiendo a esto, el agradecimiento no debe ser una obligación, sino una educación que ha llegado a ser parte de nosotros y que nos distingue también.

Por las costumbres que se han cultivado en nuestro medio es muy sano cumplir con el deber de llevar un regalo, considerando la relación que se tiene y respetando la ocasión que se celebra, pero con el cuidado debido no llegar a ser un estado esclavizante, al extremo de que la angustia y ansiedad deteriore nuestras relaciones. Cuando estamos en un estado de que no podemos hacer un regalo, los demás lo entienden, pero también cuando lo descuidamos las disculpas no sustituyen la ausencia de un regalo apropiado para la ocasión.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.