Una vez más, Editorial PiedraSanta me ha halagado con compartirme una serie de libros para leer aprovechando el feriado de Semana Santa. Son días que prefiero pasar alejada del calor y del bullicio de las aglomeraciones que se forman en los centros recreativos, en las playas y en las calles de la ciudad. Son días para pausa y reflexión, cuyo momento culminante es compartir el bacalao que prepara la tía Emy, que año con año convoca a todo el clan familiar a su mesa. Son días para terminar pendientes sin presiones, y para usar el tiempo para disfrutar lecturas que nada tienen que ver con mi ocupación usual.

Son cinco libros de la Editorial los que tengo a mi disposición: la edición conmemorativa de La mansión del pájaro serpiente, de Virgilio Rodríguez Macal, con ocasión del centenario de su nacimiento (1916-2016); Cuadros de Costumbres, de José Milla y Vidaurre, que nos permite retornar a la ciudad de Guatemala del siglo XIX, rememorando mis lecturas de la época escolar; una maravillosa edición del Popol Vuh, con preciosas ilustraciones de Nivio López Vigil, que ha sido hecha para “lectores visuales”, según palabras de la propia Irene PiedraSanta; y, finalmente, dos libros del gran Humberto Ak´Abal: Las aventuras de los héroes gemelos, historias basadas en el Popol Vuh, en la que las palabras del maestro se conjugan con las espléndidas ilustraciones del nicaragüense Luis Garay; ¡un absoluto regalo visual!

Finalmente, el libro que es la gran sorpresa y con el cual he comenzado a vivir el feriado: El sueño de ser poeta: intimidades y reflexiones, un libro autobiográfico que lamentablemente no logró ver publicado, al ocurrir su fallecimiento a principios del 2019. La portada también es arte puro. Nos cuenta su esposa en libro, que es la huella de la mano del poeta Ak´Abal con los cinco colores mayas rodeados por la tierra. Una pintura que imaginó para ser algún día portada de un libro, sin saber que efectivamente lo sería, para sus propios textos, publicados ya en su ausencia. Ya les contaré en otra ocasión mis descubrimientos sobre esta colección de textos inéditos del maestro Ak´Abal.

Los cinco libros a los que me refiero tienen una composición visual, un nivel de cuidado editorial y de presentación física, que compite con cualquier libro de casa editora internacional. Son una hermosa simbiosis entre la forma, que llama a indagar en el contenido, y contenidos que se fusionan con el arte visual para entregar su mensaje. Evoco de pronto a don Roberto Gutiérrez, férreo impulsor de la “economía naranja” en Quetzaltenango, y suspiro porque un día la industria editorial y las artes en general logren ser uno de los motores de la economía guatemalteca, satisfaciendo la demanda de una sociedad cuyos habitantes cuentan con oportunidades educativas y culturales para optar por la literatura para enriquecer sus vidas, y con capacidad adquisitiva para dinamizar y hacer crecer este sector. Sería una forma muy innovadora de comenzar a transformar la matriz económica nacional, perennemente depredadora y explotadora del más vulnerable.

Lamentablemente, es este, solo un sueño, un deseo, una utopía por el momento, dadas las tristes condiciones en que está el país. Con las políticas económicas, educativas y sociales adecuadas, el potencial de este sector para crear riqueza material podría ser mucho mayor, creando empleo y, sobre todo, creando bienestar y cohesión social. Difícil imaginar que un candidato o candidata de la fauna electoral actual tenga la visión y sensibilidad intelectual como para impulsar la industria editorial y la cultura en general, como un motor del desarrollo económico y humano en el país. ¡Ojalá demostraran que me equivoco!