IMAGEN ES PERCEPCIÓN
El tiempo
Desde el 13 de marzo que fue el anuncio oficial en Guatemala de que estábamos en una pandemia, han transcurrido cinco meses; o 153 días; o 3,672 horas; o 220,320 minutos; o 13 millones 219 mil 200 segundos. Como usted lo quiera cuantificar, este tiempo vivido en las circunstancias actuales ha pasado a cuentagotas, han sido momentos difíciles en la vida de la mayoría.
' Dicen que el tiempo perdido, es tiempo llorado.
Brenda Sanchinelli
Cuando estamos felices, el tiempo se pasa volando. Pero cuando sufrimos, el tiempo marcha lentamente. Y estos más de 13 millones de segundos que hemos tenido en los últimos meses nos han hecho realmente meditar sobre nuestro pasado, presente y futuro. El tiempo ha sido el tema para inspirar las más bellas canciones de amor como El reloj. Poesía, literatura y grandes producciones cinematográficas que han hecho historia como Volver al futuro o Pide al tiempo que vuelva.
El tiempo transcurre inexorablemente y no hay nada que podamos hacer para detener su curso; la estemos pasando bien o mal, siempre el tiempo sigue corriendo. En la vida cotidiana manejamos continuamente conceptos temporales tales como: simultáneamente, ahora, antes, después, ya, tarde, temprano, ayer o mañana.
El punto esencial es comprender que lo que hagamos en el presente influirá en el futuro, y el día de hoy, mañana será el pasado. El sacrificio que se haga ahora por superarse en cualquier aspecto será el triunfo que se cosechará mañana. El transcurrir del tiempo nos hace tener experiencia en la vida. Hasta dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Nuestra realidad cambia continuamente, incluso el tiempo mismo está diseñado de tal manera que en cada cierta etapa, tenemos la percepción que estamos iniciando un nuevo ciclo, así podemos hablar de un siglo, una década, un año, un mes, un día, horas, minutos y segundos. Esta sensación de alguna manera nos hace plantearnos que cada etapa que empieza es una nueva oportunidad. La sucesión o duración de las cosas nos sugiere una percepción del cambio o transformación, y eso es una ventaja.
Por eso dicen que el tiempo perdido es tiempo llorado. Porque no podemos regresar atrás y remediar las cosas que no se han hecho bien o se dejaron de hacer en su momento. El tiempo genera oportunidades únicas que posiblemente no vuelvan a repetirse jamás, circunstancias que pueden dar un vuelco a nuestra vida, para bien o para mal.
Decía Rubén Darío: “Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!” Los científicos afirman que desde que nacemos empieza el proceso de envejecimiento, por lo mismo deberíamos gozar al máximo nuestro tiempo mientras estemos sanos y no sufrir por tonterías sin importancia real. En la caminata de la vida, encontraremos personas buenas y nobles, que nos hacen ser mejores personas, con su actitud positiva y altruista. Seres humanos que con su sonrisa iluminan nuestra existencia y nos han hecho pasar un hermoso e invaluable tiempo. Pero también nos tendremos que topar con seres tóxicos, con sentimientos y actitudes oscuras, negativas, egoístas que solo utilizan su tiempo para hablar mal de los demás y destruir. Paralelamente también nosotros podemos dejar una huella en la vida de los demás, aprovechando el tiempo con nuestra familia y amigos mientras estén vivos, disfrutar de su compañía, pensando que cada momento es valioso, ya que cuando perdemos a un ser querido el dolor es muy grande y deja grandes heridas que solo sanan con el tiempo.
Reflexionar sobre la esencia y naturaleza del tiempo es acceder filosóficamente en lo más hondo de nuestras propias experiencias, esto nos hará tener sabiduría de la vida, al estar conscientes de que todo lo que hagamos hoy, tendrá una consecuencia mañana.