ALFRED KALTSCHMITT

El voto anti-sistema ganó alto y claro

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En no pocos artículos a través de las décadas de este columnista, siempre se ha reiterado que padecemos de problemas sistémicos y estructurales que no se pueden curar con curitas y trapitos de “agua de manzanilla”.

' No se confunda: el voto nulo ganó las elecciones. Es un voto antisistema y no tiene ideología.

Alfred Kaltschmitt

Los problemas devienen de la contaminación cultural, enraizada en todo el sistema, haciendo imposible la reestructuración de lo torcido, la reingeniería de lo obsoleto, la reorganización de lo caótico e ineficiente. En eso se nos han ido los años y el país sigue igual o peor. El sistema no se puede eliminar de la noche a la mañana, porque está enraizado en la cultura.

Hay que admitir los pecados cometidos y las taras socio-políticas heredadas desde los tiempos de los piratas coloniales. Nada se niega. Se acepta todo. Las maras son nuestra culpa, así como la pobreza, la ignorancia, la corrupción, nuestra inmoralidad, la bajeza, el salvajismo y nuestra disfuncionalidad política. Todo.

Pero debe tomarse en cuenta que nuestra debilidad como pueblo está acá arriba, entre el frontal y el occipital, en la “jupa”, en el coco, en la mente —decía Harrison—, donde yace agazapada nuestra cultura con todas esas herencias culturales aprendidas.

Y si estas elecciones han sido las más complejas y enredadas en la historia política de nuestro país, representa el diagnóstico de una enfermedad crónica anunciada y reiterada desde hace décadas, que tiene hartos a un porcentaje significativo de la población.

Ojo, no votaron por una ideología. Votaron por un cambio. Todos los que iniciaron su campaña cultivando el voto antisistema, comenzando con Pineda, subieron en las encuestas y ganaron el favor de los votantes. Este voto antisistema lo capitaliza Semilla/Arévalo, enfocándose especialmente en los jóvenes.

Pero ahora viene el reto. ¿Cómo van a transformar este sistema, si está enraizado como el trigo y la cizaña? Semilla inicia sus primeros comunicados con un enfoque hostil hacia los empresarios, sin hacer distinciones, y adelanta escenarios de confrontación con el que paga los impuestos y mantiene al Gobierno. ¿Se atraen con estas primeras declaraciones futuras inversiones para Guatemala con este clima hostil?

¿Como hará para gobernar sin mayoría parlamentaria? Se infiere por las declaraciones dadas que su programa de gobierno requiere un apoyo mayoritario para llevarlos a cabo. Todas estas preguntas son apenas la punta del iceberg para alcanzar la gobernabilidad necesaria para implementar su programa de gobierno.

Pero, adelanta también, que traerá de regreso a todos los exiliados de la justicia sobre los cuales pesan órdenes de captura. ¿Cómo manejara esto con un Ministerio Público y una fiscal general “legal” y en funciones? Adelanta también que traerá otra “Cicig” o un símil que se adapte a nuestro sistema legal.

Todo lo anterior pesa a la hora de una segunda vuelta. Su contrincante es una consumada política que ya adelanta escenarios de estrategia electoral. Recordemos que Sandra Torres ha basado su programa de gobierno en programas sociales clientelares de alta atracción para sus adeptos.

Y uno se pregunta: ¿De dónde saldrá todo ese dinero para becas, bolsas solidarias, laptops, regalos y más regalos, si la gallina de los huevos de oro solo pone cierta cantidad de huevos? ¿Préstamos? ¿Impuestos?

Si tan solo pudiésemos aprender de las lecciones históricas que demuestran que la libertad individual, la igualdad ante la ley, el libre mercado, la propiedad privada, el derecho a la vida y la protección de la familia son esenciales para alcanzar prosperidad para todos. Otra sería la realidad…

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.