REGISTRO AKÁSICO

Embajador espía

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Un agrio regalo de fin de año significó el encausamiento del diplomático Manuel Rocha, bajo el cargo de espiar a favor de Cuba. La doctrina seguida en la isla para tal función consiste en definirla con las tres eses. Secreto, subordinado y sistemático, clara definición de un agente que sigue órdenes.

Rocha nació en Bogotá en 1953. Su familia emigró a Harlem, New York, donde obtuvo una beca en Taft School. Estudió en Yale; y en 1973, durante sus prácticas en el Chile de Allende, fue reclutado. Luego estudió en Harvard, Administración Pública, y en Georgetown, Relaciones Internacionales. Fue blanqueado por la CIA, para conseguir empleo en el Departamento de Estado, después de haber adquirido la nacionalidad de EUA. En 1981 fue enviado a Honduras, cuando los militares dejaban el poder. A la República Dominicana, en 1983, durante el período previo a grandes huelgas.
Nombrado, en el consulado de asuntos políticos de Florencia, Italia, durante los convulsos años del secuestro de Aldo Moro. De nuevo, en Honduras, en 1987, como funcionario político militar de la embajada, facilitó el estacionamiento de cinco mil soldados de EUA, que apartaron de funciones de defensa al ejército hondureño, frente a Nicaragua; mientras allí, se quemaba el consulado por la manifestación antiyanqui más grande de la historia. De vuelta a la República Dominicana en 1991. Después pasó, en 1994, a dirigir la Sección de intereses de EUA en Cuba, cuando se produjo la crisis de los balseros. En 1997, encargado de negocios en Buenos Aires, coincidiendo con el ascenso de los Kirchner, en el movimiento peronista. En el 2000, como embajador, se dedicó a dar declaraciones públicas abusivas en Bolivia contra Evo Morales, lo que permitió el aumento de la popularidad del líder cocalero. Desde el 2002, por una década, asesoró al SouthCom. Finalmente trabajaba en una consultora en comunicaciones, encargada de efectuar planes de inversión, tanto en EUA como en países latinoamericanos de interés, para la expansión o propiciar determinadas políticas.

' El llamado al abandono de la ingenuidad no supone dejar de lado la buena voluntad hacia todos.

Antonio Mosquera

Los dichos contienen enseñanzas dirigidas a la prudencia, como aquel: no todo lo que brilla es oro. Dejarse llevar por declaraciones, condenas, listas contra corrupción, visitantes democráticos y comentaristas expensados es erróneo. Rocha aparecía como un partidario de la derecha republicana de EUA en sus declaraciones públicas. Sin embargo, a través de procedimientos de dos pasos y hasta tres, arreglaba los procesos favorables a su causa. Dicen que hasta lloró cuando llegó al tribunal, no se sabe si de rabia o arrepentimiento. Por ello merece comprensión, sobre todo porque el juicio se realiza sin daño propio, pues no somos de EUA. Rocha estuvo empapado de ideología woke, de lo políticamente correcto, del justo aprecio de las intenciones iniciales de la revolución cubana; por todo ello, compasión para el pobre señor y la justicia de su país quede satisfecha.

Al analizar nuestra situación, debe llamarse a la prudencia, al considerar las motivaciones de supuestos amigos en cargos de organismos internacionales o naciones sin grandes intereses en el país, lastiman con saña inaudita y dan por verdades las profecías de golpes de Estado; peor cuando envían pagos ocultos. No se trata de estar en contra del fortalecimiento de las libertades, sino preguntarse las razones o interés en proferir las exaltadas declaraciones para execración de connacionales o ataque a las garantías legales por organismos internacionales, a veces sin pertenecer a los mismos. El viejo barbón vestido de rojo no reparte regalos sin carta previa.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.