META HUMANOS

Emprender desde el ser

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Siempre he creído que cuando algo nos inquieta y nos hace latir fuerte el corazón se trata de algún anhelo que Dios mismo ha puesto en nosotros, sencillamente porque ya nos ha dotado de todo lo que necesitamos para hacerlo realidad.

' La mayoría de veces, emprendemos por falta de oportunidades laborales y no movidas por anhelos más profundos.

Michelle Licardie Bolaños

Se trata de esos momentos en que despertarnos en la madrugada con una idea, un chispazo de energía con determinado propósito. Esa sensación de ilusionarnos como niños y sentir que el corazón se nos acelera cuando imaginamos lo que podemos lograr, no es más que el recordatorio de que mientras tengamos vida tendremos la esperanza y la oportunidad para hacer nuestros sueños realidad.

Esos anhelos profundos que nacen a manera de sueños, para luego materializarse en proyectos, tienen una fuerza imparable cuando surgen para emprender desde el ser. Es decir, desde nuestros dones y talentos, para activar nuestro mayor potencial creativo.

En Guatemala, nueve de cada 10 personas consideran que el emprendimiento es una buena opción de carrera para generar ingresos. Curiosamente, el 51.4% de quienes, por diversas razones, tomamos la decisión de emprender, somos mujeres.

Día con día, me dedico a acompañar a mujeres del occidente del país a soñar y a emprender, y debo reconocer que el emprendimiento en un país como el nuestro no es fácil. La gran mayoría de las veces, emprendemos por falta de oportunidades laborales y no movidas por anhelos más profundos, capaces de sostener el espíritu cuando las cosas se ponen difíciles.

Si bien la mayoría emprendemos por generar ingresos económicos, personalmente considero que la motivación para hacerlo debe ir mucho más allá de eso, pues la necesidad de generar ingresos nos puede llevar a tomar decisiones prematuras, sin siquiera hacer una planificación adecuada que nos ayude a mitigar las posibilidades de fracaso.

Emprender sin tener mayor conocimiento de nuestras fortalezas y de nuestro potencial creativo, así como también de las oportunidades que tenemos en el mercado y de cómo el producto o servicio que queremos lanzar va a satisfacer las necesidades o deseos de nuestros clientes, nos hace correr el riesgo de que las cosas no salgan bien. Si bien es cierto que hay innumerables casos de personas altamente exitosas que fracasaron muchas veces antes del anhelado triunfo, es importante aprender de ellas, para descubrir sus fuentes de inspiración y estrategias de éxito.

Al observar estas historias, notaremos que la prueba y el error van de la mano en el camino del emprendimiento. “Fallar”, aunque nos pueda llenar de temor, no debe llevarnos a engavetar nuestra idea de emprender, para buscar un “ingreso seguro” que, aunque nos permite cubrir facturas y estar financieramente “tranquilos”, apaga la llama de realizar nuestros anhelos. Por ello, es importante que, si podemos hacer las dos cosas juntas durante un tiempo prudente, lo hagamos, aunque implique mayor esfuerzo y empeño, con tal de no renunciar a nuestros sueños, creyendo que no tenemos más opción.

Los guatemaltecos tenemos un fuerte espíritu emprendedor, mas con frecuencia, en vez de escuchar la voz de nuestro ser, abrimos la puerta a pensamientos que nos desvían de nuestros sueños y nuestro potencial, al punto de olvidarnos de eso que siempre quisimos hacer.

Lo lindo es que somos seres integrales, conformados por alma, mente y cuerpo, por lo que cuando permitimos que esas tres áreas estén alineadas, recibiendo de la mejor fuente la dirección y sabiduría que necesitamos, no habrá estadística, ni circunstancia, ni voz externa que apague el fuego de los sueños que avivan nuestro corazón y nos dan la fuerza necesaria para emprender desde el ser.

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