META HUMANOS

En la oscuridad, no perdamos la esperanza

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“No sea así entre ustedes: ensayos sobre política y esperanza”, de Hernández Pico S.J. (2010), inicia con una reflexión: recuperar la vocación del cristiano/a ante la política y no perder nunca la esperanza ante los vendavales que atropellan a la comunidad. Aun en medio de la oscuridad, hay una vocación que moviliza a la ciudadanía, consciente y crítica ante los abusos de poder de las autoridades. Ante la coyuntura malévola creada actualmente por algunas instituciones del Estado, es tiempo de retomar esta reflexión para transformar el caos en caminos de esperanza.

' En medio de la oscuridad, diversas voces se siguen pronunciando para defender nuestra democracia.

Jesús Hernández

La “institucionalidad” de Guatemala se acomoda a los intereses y actúa con cinismo e intimidación diciendo que “defiende la democracia”. Sin embargo, nada es verdad ante los atropellos que se vislumbran en el quehacer de los actores de esa “vieja política”: se criminaliza, persigue y violan los derechos de las mayorías. La lista de personas que han tenido que salvar su vida saliendo al exilio aumenta y para los que se quedan, los que luchan cada día y sacrifican sus sueños, la vida es un calvario.

Parafraseando a Max Weber, que en su tiempo hizo la diferencia entre los que viven de la política y los que hacen política: la vocación y profesión de la política debería expresarse en los índices de desarrollo humano. Sin embargo, en esta bella patria, la forma corrupta de hacer política se refleja en pobreza, desnutrición y falta de vivienda. Tengamos presente y en la memoria a las recientes víctimas de la comunidad “Dios es fiel”, que, por la falta de terreno para una vivienda digna, sufrieron las inclemencias de las lluvias.

Mientras, en el Congreso se cuecen iniciativas de ley que se disfrazan de alternativas de cambio —pero que atentan contra los guatemaltecos—, como la protección de obtención de vegetales (6283); la Ley de Fortalecimiento para la Paz (6099) y las reformas a la Ley de Hidrocarburos, decreto 109-83 (6021); el Ministerio Público y la Feci atentan contra la democracia al irrespetar la soberanía del pueblo, que ha dicho no a la “vieja política” de manera contundente, a través del voto. Su intención es claramente intimidatoria, pero ¿por qué y a quién obedecen?

En este escenario, donde la “vieja política” no muestra su vocación, entra la ciudadanía consciente y responsable que explica Hernández Pico. Ciudadanía que comprende el atropello y golpes a lo más sagrado: su soberanía. Ciudadanía que está cansada de la corrupción, del continuismo de la violencia estructural y directa que sufren mujeres y hombres, niños y niñas, y por ello reclama la vida, protesta, manifiesta y se moviliza. Si esta “manifestación indefinida” es el pulso para retomar juntos el rumbo del país, recuperar la confianza en las instituciones, aprender a caminar unidos (no divididos), para que los personajes “de la vieja política” recuerden que es el Pueblo quien demanda libertad y desarrollo con justicia social, entonces hay esperanza en recuperar el camino por alcanzar el principal sueño de nuestra sociedad: vivir dignamente en un estado democrático.

En medio de la oscuridad, diversas voces se siguen pronunciando para defender nuestra democracia. Desde sus particularidades, convergen para hacer un llamado contundente que pide poner fin a las acciones que, disfrazadas de legalidad, constituyen un atropello a nuestra democracia. Se observa con más fuerza el deseo de los guatemaltecos por detener la caída y avanzar hacia adelante.

Hay alegría en caminar con el Pueblo, porque son los jóvenes los que están dando el ejemplo y el coraje defendiendo la soberanía popular. De repente caminás también con ellos, de repente aprendemos a caminar todos juntos.

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