CABLE A TIERRA

En viacrucis por la democracia guatemalteca

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Aún faltan 18 días para que ocurra el cambio de gobierno. El sentido de prolongación y, sobre todo, de agonía que hemos vivido estos meses, no se debe tanto al cambio en la ley ampliando el período de transición, sino que se lo debemos al #PactoDeCorruptos y sus perversos operadores en el MP, el Organismo Judicial, Ejecutivo y el Congreso (aunque no únicamente), que convirtieron este período en un auténtico Vía Crucis para la democracia, en pleno fin de año y de gobierno.

' Iniciaremos el 2024 todavía con presos políticos y exiliados por los regímenes de la corrupción.

Karin Slowing

Por eso, es de valorar y agradecer doble y triplemente la valentía, madurez y sabiduría de los liderazgos indígenas y su extraordinaria capacidad de movilización y resistencia, tanto en la capital como a lo largo y ancho del territorio nacional. Quienes hemos tenido la oportunidad de asomarnos un poquito a las formas organizativas comunitarias, podemos entender un poco mejor cómo éstas sí tienen la legitimidad y convocatoria necesaria para instar a la acción colectiva y sostenerla; algo que a los ladinos nos cuesta mucho más entender porque vivimos inmersos en la cultura de la inmediatez y del individualismo egoísta y “cangrejoide” que nos han formateado como “normalidad”.

Agradecimientos también a todas las organizaciones sociales e individuos que han dado soporte y se han mantenido en respaldo a las movilizaciones indígenas. Luchadores imprescindibles en nuestra sociedad. Por supuesto que hubiera sido ideal ver una amplia masa ciudadana urbana, también en permanente movilización todos estos meses, pero allí vemos lo mucho que hay por hacer para tender puentes entre sectores populares y capas medias para exigir colectivamente y actuar políticamente sobre los problemas comunes y las reglas societales que nos rigen; para que éstas se tornen más incluyentes y orientadas al bien común. También es menester reconocer que, si bien no todos logran hacer presencia física, hay muchos que desde sus espacios también siguen caminando y aportando en dicha dirección.

Extiendo un especial agradecimiento a los vecinos y ciudadanos de todas las colonias de la Ciudad de Guatemala y en los departamentos, que salieron a las calles en este momento crítico de nuestra historia para mostrarnos el coloso ciudadano que podemos ser, cuando el verdugo interno nos quiere colocar nuevamente el yugo de la tiranía sobre la nuca. Sin olvidar, claro, que también salieron otros que, a pesar de sus muchos recursos y oportunidades, pensaron en usar la violencia contra sus semejantes, en lugar de sumarse a exigir más democracia y bienestar para todos.

Cierro con mi reconocimiento al invaluable acompañamiento, solidaridad y apoyo de la comunidad internacional. Los que se han creído siempre los dueños del país, los nuevos que quieren apropiárselo ahora, y sus mercenarios que ostentan cargos, nos han demostrado que solo sienten desprecio por la ciudadanía de a pie. La usan en época electoral para llegar al cargo, pero luego no la reconocen como el principal sujeto político y soberano al cual están sometidos. En este contexto, la comunidad internacional ha sido el fiel de la balanza y contrapeso con peso en la defensa de los principios internacionales de respeto a la democracia y derechos humanos que el propio Estado de Guatemala también ha suscrito, pero que la #Alianza Criminal se resiste a cumplir.

Se cierra el año 2023, pero el capítulo aún no concluye. Los riesgos y amenazas a la democracia y la gobernabilidad persistirán en 2024. El #PactoDeCorruptos no cejará en su intento de que el nuevo gobierno se desgaste en escaramuzas, en lugar de enfocarse en comenzar a resolver los enormes problemas de desarrollo que enfrentamos. Frente a eso, debemos estar muy atentos.

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