Las aguas electorales se mueven como influjos de mareas internas y externas con todo tipo de corrientes y presiones. Hay demasiados intereses en juego. Aunado al enredo con la interpretación y aplicación de la nueva Ley Electoral y de Partidos Políticos, y la incapacidad demostrada de manejo operativo y administrativo del Tribunal Supremo Electoral encajan para un pronóstico de “tormenta perfecta”.

No se puede soslayar el considerable peso de tensión que tres de las candidatas punteras traen al proceso electoral por enfrentar algún tipo de problema legal.

En el caso de Thelma Aldana, la orden de captura por supuestos delitos cometidos durante su gestión como fiscal general ha levantado una oleada de reacciones a escala nacional e internacional. Llama la atención el incondicional apoyo que el noticiero CNN, con la conducción de Fernando Del Rincón, le ha brindado, convirtiendo el medio en una parte importante del manejo de crisis que enfrenta. Han sido varias entrevistas con un alto de grado de afinidad y apoyo.

Si las acusaciones contra la señora Aldana tienen fundamento o no, lo decidirán los tribunales de justicia en su momento. La narrativa de reacción es que es una manipulación de las extremas derechas, algo que se percibe poco probable, ya que la mayoría de las acusaciones que estas organizaciones han interpuesto en el pasado sobre este y otros temas, —que ya alcanzan varias docenas— no han prosperado nunca. De donde se infiere que tanto los jueces que estudiaron su caso, como la propia Corte de Constitucionalidad, deben haber encontrado algún fundamento para seguir adelante con el proceso de investigación.

No son pocos los que creen que la señora Aldana correrá tarde o temprano. La infraestructura de relaciones a nivel diplomático de países europeos, altos dirigentes demócratas como el expresidente Joe Biden, el presidente de la OEA, la ONU, el networking proCicig, los medios de comunicación y periodistas afines, le brindan un apoyo sustancial.

Zury Ríos se ha convertido en el elemento pivotante en estas elecciones. Todos los partidos y candidatos de ambos lados del espectro político esperan con ansias que no corra y sea descalificada de nuevo por la Corte de Constitucionalidad para capitalizar ese considerable voto a su favor. El 3 a 4 del último fallo levantó muchas críticas de aquellos que creen que sacar de la contienda a una candidata puntera, que ya corrió en la última elección y cuyo impedimento ha sido ampliamente debatido por connotados juristas a su favor. La mayoría de estos coinciden que la interpretación del artículo 186 debe interpretarse mientras está en funciones el presidente o jefe de un alzamiento armado. No se sostiene el argumento fundamentalista de una Constitución, que en varias de sus partes torales garantiza y enfatiza el respeto a los derechos humanos, puede simultáneamente maldecir a nietos y tataranietos vedándoles sus derechos cívicos. No cala, por más que repitan que la ley es la ley. No tiene asidero de derechos humanos esa interpretación.

El Tribunal Supremo Electoral por las crecientes críticas de las últimas semanas ha inscrito a Thelma Aldana y a Edwin Escobar. Parece haber entendido que ese Tribunal no puede ser juez y parte convirtiéndose en un activista. Ya la anterior Corte de Constitucionalidad le enmendó la plana indicándole que se supeditara a lo suyo. Se espera que con esta sentencia definitiva de la Corte Suprema de Justicia en donde reitera el fallo de 16 magistrados que ven su inscripción como un derecho fundamental, les motive a no apelar en aras de respetar los derechos de los ciudadanos de elegir por el candidato de su preferencia.

Es la fiesta de la democracia. Ojalá entiendan eso.