REGISTRO AKÁSICO

Es seguro que todo mejorará

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La depresión de los negocios es evidente cuando se toman medidas de autoridad que los restringen. Se ha instalado una recesión mundial con repercusiones importantes en cada país. La economía nacional decrecerá ineludiblemente. Referirse al tema es ocioso, es una realidad. Lo importante es la certeza de un futuro mejor. Después de la depresión viene el auge. Una sociedad ilustrada se dedica a propiciar la reanimación de la vida nacional, aun en un lapso tan pequeño de tiempo como el año inicial de la actual administración pública.
El Gobierno anunció un plan de reactivación económica con medidas específicas de carácter administrativo y presupuestario. Conviene no olvidar a las personas en paro; a las dedicadas a negocios de ingreso diario, gravemente dañadas por el frenazo en el tránsito de personas; y a los hogares en la miseria. Cuando pase la emergencia, el gobierno y las empresas, pueden paliar los daños actuales al empleo y al consumo.

' En medio de la desgracia no hay lugar para el abatimiento y la falta de esperanza en el futuro.

Antonio Mosquera Aguilar

Sin vacilaciones pueden poner en marcha los proyectos planeados especialmente de inversión. La utilización de mano de obra masiva en las obras públicas, tanto en grandes proyectos como en los de pequeña monta, es vital para abatir el desempleo persistente en todo el país y ahora agravado. Por el momento, nadie ha protestado por la instauración del pago por tiempo parcial. Ello genera una oportunidad para pequeñas labores. Tal contratación es posible en empresas donde faenas de mantenimiento, pequeñas reparaciones o remozamiento pueden efectuarse de manera inmediata. De la misma manera, el apoyo a las denominadas pymes o pequeñas y medianas empresas supone facilitar la apertura de negocios.

Lo planeado con asignación presupuestaria debe ser objeto de supervisión para promover su ejecución. La concesión de préstamos para los proyectos de construcción para el presente año, debería realizarse por parte de las fuentes financieras. Las dudas y reticencias solo contribuirán a degradar el ambiente de negocios, afectado por las medidas de protección de la salud pública. En los próximos meses se demostrará si se confía y apoya a los agentes económicos del país. Un obstáculo importante en la ejecución debida del presupuesto público se produce por la malversación de fondos; por lo tanto, el control es fundamental.

El calentamiento de la economía se observará cuando haya signos de cese de la emergencia en salud. Por esa razón, debe hacerse esfuerzos por mejorar el transporte de bienes hacia los puntos de abastecimiento. Las disposiciones del estado de Calamidad pública deben mantenerse para sancionar a especuladores y acaparadores, por un tiempo razonable. La utilización de la fuerza pública, sensible a escuchar quejas de los productores agrícolas debe promoverse. Los centros de compraventa rurales deben ser vigilados por la Policía Nacional Civil. El alza en el precio de los productos es resultado de la extorsión a los campesinos, cuando desean vender o movilizar su producción. Si hay abasto suficiente en los mercados urbanos, los precios se mantienen.

Dar ánimo a la cincuentena de empresas que pagan el mayor monto tributario del país ayuda a la recuperación. La lentitud o el recelo a confiar en la progresión continuada de los negocios a sus niveles previos mina el desempeño hacia el crecimiento. Por esa razón, comprender las quejas y lamentos empresariales, como si fuera una labor de terapeuta, conviene tanto en autoridades, generadores de opinión y líderes sociales. Antes que recriminaciones, el afán solidario en una reanimada vida económica es obligado.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.