SI ME PERMITE

Escucho para aprender, no solo para informarme

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“Cuando hablas, solo repites lo que ya sabes, pero cuando escuchas, quizás aprendas algo totalmente nuevo”. Dalai Lama

El saber escuchar es algo que se aprende, y cuando en los años formativos de nuestra vida se nos ha enseñado a escuchar, es algo que toda la vida lo habremos de aprovechar y que sin lugar a duda haremos la diferencia, porque cuando se nos está enseñando algo o se nos está dando instrucciones, debemos de escuchar con la máxima medida de comprensión para que luego podamos usar lo que se nos ha dicho.

' No podemos negar que somos producto de todo aquello que escuchamos, consciente o inconscientemente .

Samuel Berberián

Claro está que el ser humano es curioso por naturaleza, y eso lo lleva a informarse para saber qué sucede, qué le puede servir o afectar y cuándo evalúa lo que está informado de lo que se dice o lo que sucede determina qué hace con la información recibida. En esta etapa del proceso mucho nos dice cuanto de lo que se tiene es curiosidad o es el deseo de saber sacar provecho de lo que pueda informarse.

Claro está que los que han sido discretos y educados, pueden estar escuchando sin que los que lo rodean puedan percatarlo, porque de lo contrario puede llegar a ser un perfil de mala educación estar escuchando lo que no es con uno. Uno de los buenos modales en esta vida es que cuando se me habla debo poner la máxima atención y con todo respeto escuchar lo que se me está diciendo. Y en los casos que otros están hablando y no es con uno, ser de lo más discreto y no participar hasta el momento que se invite para integrarme en la conversación que se está teniendo.

Una de las maravillas del ser humano es la capacidad del diálogo y el poder conversar con los que convive y lo rodea, pero si no comienzo por saber el cómo se escucha, difícilmente podré ser escuchado con agrado y respeto. Esto sin lugar a duda es algo que se debe aprender, y claro, cometemos errores y los corregimos para nunca volverlos a repetir. Pero cuanto antes nos disponemos para aprenderlo más provechosas serán nuestras pláticas el resto de nuestra vida.

Es muy interesante que el escuchar tenga un proceso acumulativo, y si sabemos organizar lo que escuchamos y lo guardamos, es un recurso que a nosotros nos podrá servir en el resto de la vida en gran manera, y que a los demás poco interesa saber cuánto sabemos por lo que hemos oído de otros. Pero innegable es que cuando la gente necesita alguna información bien sabe a dónde recurrir y a quién buscar para la información, y por ello, en las frases bien sabe cuando llegan con la persona utilizan expresiones de admiración y elogio por lo que la persona sabe y luego presentan el planteamiento de lo que quiere averiguar. Es una modalidad que muchas veces ha permitido alcanzar el logro que la persona busca.

Es de sabios no simplemente dar crédito a lo que simplemente escuchas en la información que recibimos, pero que una vez que tenemos la información en la medida que a nosotros nos interese a lo que oímos es saber con qué modo podemos investigar y saber si lo que nos llegó en la información es cierta y si es correcta, y si necesita alguna corrección, la debemos hacer para el provecho nuestro y nunca para la corrección de la fuente, a menos que sean los que están bajo nuestra responsabilidad.

Por algo nos decían cuando éramos niños que teníamos dos oídos para escuchar y solo una boca para hablar. Sabio y prudente el consejo.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.