A CONTRALUZ
Estampas de la finca en tiempos de la covid-19
1. “Échenme la mano, regresen a sus casas antes de las 4 de la tarde. No es ganas de molestar, es ganas de prevenir”, dijo el lunes el presidente Alejandro Giammattei, pero ya se ve que con súplicas la gente no entiende. En los últimos días volvió el embotellamiento en todas las rutas de la capital. A pocos les importa lo que ocurre en Ecuador, país parecido a Guatemala, donde la covid-19 está haciendo estragos y hay cadáveres por todos lados. Si el contagio se expandiera a esos niveles, esta finca, que no es país, estará mucho peor. No me gusta la política de mano dura, pero es urgente en estas circunstancias ampliar el toque de queda.
' Diputados se ponen de alfombra para exonerar de impuestos a empresas y descalabrar aún más las finanzas del Estado.
Haroldo Shetemul
2. Giammattei pide apoyo, pero ignora las recomendaciones que le hacen. La semana pasada, centenares de médicos firmaron un pronunciamiento en el que le plantean medidas urgentes. Entre ellas garantizar a los hospitales el suministro de medicamentos para tratar casos graves de covid-19, adquirir más kits de pruebas para detectar el virus, suspender toda actividad laboral por cuatro semanas; restringir la circulación de personas en las calles y limitar el desplazamiento de un departamento a otro. El llamado es muy claro: no podemos tomar la crisis a la ligera. Sin embargo, el presidente prefirió invocar a Chonita y la gente se echó a la calle.
3. Del sector privado vienen propuestas de cómo enfrentar la crisis y, por supuesto, siempre debe ser el Estado el que resuelva todo, cuando en otros momentos rechace su intervencionismo y clame por su reducción al mínimo. El Cacif tiene la brillante idea de que el IGSS dé un subsidio que cubra las dos terceras partes del salario del trabajador, como si estuviera suspendido. Muy ingeniosa la propuesta, que surge al tiempo que el IGSS no recibirá pagos patronales, por la crisis. Jaque mate para descalabrarlo y vislumbrar el sueño húmedo del sector privado de privatizar el seguro social. También varias empresas han hecho donaciones, muy beneficiosas, pero, claro, tan gran desprendimiento será deducible de impuestos.
4. Unos en la pena y otros en la pepena. Solo así se puede describir la actitud de un grupo de diputados que en medio de la crisis recibe órdenes de la élite económica para dejar en bancarrota al Estado. El diputado Samuel Pérez denunció que el miércoles pasado se habrían reunido en secreto legisladores miembros de la Comisión de Finanzas para dar dictamen favorable a una iniciativa que plantea la exoneración de impuestos a las empresas nuevas por 100 años. Sí, leyó bien, 100 años. Los padres de la patria, esos que deberían estar preocupados porque el Estado cuente con suficientes ingresos para brindar servicios públicos, como el sistema hospitalario, traman a escondidas cómo favorecen a quienes les pagaron para que pasaran esa barrabasada. Si se aprobara ese engendro, tengan por seguro que muchas empresas se clonarán como nuevas.
5. La graciosa iniciativa del diputado Jorge García Silva, de Prosperidad Ciudadana, plantea la exoneración del pago de IVA en importaciones, impuesto de solidaridad, impuesto de aranceles a la importación de materia prima durante un siglo. Tal aberración ya tiene las firmas suficientes para alcanzar el dictamen favorable, sin que haya sido discutida en la Comisión de Finanzas. Los sinvergüenzas que le vendieron su alma al sector privado y acompañan a García Silva son Jorge Romeo Castro, de Viva; Luis Alberto Contreras, Creo; Joel Rubén Martínez, FCN; Emilio Maldonado, Partido Humanista; José Alejandro de León, Podemos; Felipe Alejos, Todos; Cándido Fernando Leal y Mario René Azurdia, del gobernante Vamos. Estas lacras también quieren una ampliación presupuestaria para darle más pisto al Congreso, al Parlacén y a la Asociación de Dignatarios de la Nación, pero nada para aliviar a la población más vulnerable por la crisis. Así es como esta gente mantiene a Guatemala en calidad de finca.