PUNTO DE ENCUENTRO

Ganó la democracia, ganó Bolivia

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Aunque aún no se conocen los resultados oficiales, porque el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia anunció que el recuento de las actas tardará entre 3 o 4 días, las proyecciones del sondeo de boca de urna de la encuestadora Ciesmori, para las cadenas Unitel y Bolivisión, da como indiscutible ganador de la presidencia boliviana al Movimiento al Socialismo (MAS) con un 52.4% de los votos. La encuesta de boca de urna de la iniciativa “Tu voto cuenta” proyectó también una amplia victoria del MAS y le adjudicó el 53% de los votos, tendencia que sería irreversible.

' Esta victoria, electoral y democrática, expresa la acumulación de siglos de lucha del movimiento indígena y campesino boliviano.

Marielos Monzón

Con estos resultados el binomio integrado por Luis Arce y David Choquehuanca, ex ministros de Economía y Relaciones Exteriores del gobierno de Evo Morales, habría arrasado en la elección presidencial boliviana consiguiendo no solo recuperar la presidencia de forma legítima y democrática, sino obteniendo la mayoría parlamentaria.

Este triunfo electoral se da a pesar de todas las artimañas urdidas por el gobierno de facto de Jeanine Añez; de la represión que sobrevino al golpe de Estado y que tuvo como principales protagonistas al ejército, la policía y grupos paramilitares de choque; de la persecución sostenida contra militantes y dirigentes políticos y sociales bolivianos; y de una campaña pública y mediática -nacional e internacional- de desinformación y miedo que instaló la narrativa del “fraude electoral” en 2019, teniendo como principal protagonista al triste secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

Aún el día de las elecciones continuaron las intimidaciones y los intentos por evitar a toda costa el triunfo del MAS. Las tropas militares salieron a las calles en un despliegue casi cinematográfico. Las autoridades electorales adujeron a última hora que se suspendía el conteo rápido porque no estaban técnicamente preparadas; y la presidenta de facto dio un mensaje a la nación en el que, al mejor estilo de nuestros impresentables políticos corruptos, se rasgaba las vestiduras en nombre de la patria y la defensa de la soberanía para arremeter contra el gobierno argentino que brindó asilo a Evo Morales tras su renuncia forzada.

Ella que se escudó en un informe amañado de la OEA y que se autoproclamó presidenta en una sesión legislativa en la que no había quórum, porque la policía impidió el ingreso de los legisladores. Ella que recibió la banda presidencial de manos de los militares golpistas. Ella que obtuvo el respaldo inmediato de los Estados Unidos y de los gobiernos latinoamericanos que avalaron el rompimiento democrático y la represión en Bolivia con tal de congraciarse con Trump.

Esta victoria, que no es solo electoral sino democrática, expresa la acumulación de siglos de lucha del movimiento indígena y campesino boliviano y también la profundidad de las conquistas alcanzadas en los 14 años de los gobiernos del MAS, que permitieron la transformación de un país marcado por la pobreza, el racismo y la desigualdad.

La dimensión este triunfo en las urnas evitó todas las maniobras preparadas para desconocerla. Buscaban forzar, a como diera lugar, una segunda ronda de elección pero no les alcanzó porque nuestros pueblos saben mucho de levantarse y resurgir.

“Hemos recuperado la democracia y, sobre todo, hemos recuperado la esperanza”, dijo en un breve mensaje el presidente electo, Luis Arce. “Hoy como dice una vieja canción, para el pueblo lo que es del pueblo”, sentenció. Y nunca una mejor frase para celebrar esta victoria que es, sin lugar a dudas, una nueva conquista del pueblo boliviano, porque este triunfo ese pueblo se lo ganó.

ESCRITO POR:

Marielos Monzón

Periodista y comunicadora social. Conductora de radio y televisión. Coordinadora general de los Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP). Fundadora de la Red Centroamericana de Periodistas e integrante del colectivo No Nos Callarán.