REGISTRO AKÁSICO
Geopolítica, conocimiento indispensable
Es difícil tragarse las críticas y reconocer aciertos a los antagonistas. ¿Quién diría que los mejores analistas geopolíticos estarían ligados a los marroquinianos? En el campus de Madrid de la Universidad Francisco Marroquín, despacha como profesor Juan Ramón Rallo. Sus análisis geopolíticos lo destacan. Su pleito a favor de la privatización de los medios de comunicación social públicos provocó su veto. No obstante, por medio de canales en redes sociales de internet ha destacado, así como se ha prestigiado al campus universitario de la UFM.
' El análisis de las relaciones de poder entre las naciones se ha convertido en indispensable.
Antonio Mosquera Aguilar
La entidad académica nacional comienza a ser referencia entre los intelectuales de habla hispana. En el 2009, Óscar Vara Crespo ofreció cursos de economía en el campus nacional. Ahora, se ha convertido en una autoridad de análisis geopolítico. Gracias a su calidad académica, es invitado por los comentaristas televisivos para orientar juicios objetivos sobre la situación ucraniana. Con sus colegas de la Universidad Autónoma de Madrid, Jorge Turno y Ángel Rodríguez García-Brazales, forman un equipo conocido como los geopolinómicos. Las tertulias transmitidas en canales digitales, de estos especialistas tienen gran popularidad.
Las universidades deben tener un plan de expansión y profundización del conocimiento. Actualmente, es indudable la fortaleza del campus Madrid de la UFM en ciencias sociales, independientemente de nuestro juicio sobre su sesgo ideológico.
Dada la situación europea, es previsible la generación de bloques enfrentados con la amenaza de una guerra nuclear. Durante el siglo XX, la oposición tenía una base ideológica. Por lo que había un campo de discusión y justificación valorativa donde se permitía el disentimiento. En contra, la nueva oposición se advierte como un enfrentamiento donde priva el interés y por lo tanto no es posible de ser manejado a nivel intelectual. Es totalmente espurio defender a unos oligarcas, frente a otros, justificar unas invasiones y condenar otras. Sin embargo, se debe ser solidario con los países invadidos por el gran dolor humano que soportarán en enfrentamientos desiguales.
Frente a quien amenaza con un garrote, no se puede discutir. La argumentación ad baculum es un conocido sofisma, identificado hace miles de años. Esos argumentos se vuelven a repetir, calcados del pasado; pero ahora con la intimidación de las bombas atómicas. Por lo tanto, se debe proceder con la mayor cautela y autorrestricción.
En el ambiente universitario, no se vale justificarse bajo argumentos de ignorancia. Se debe estar consciente de las nuevas limitaciones. La confrontación ideológica llevó a intolerancia criminal en el siglo pasado y a una represión sin sentido. Ahora, el enfrentamiento lleva a la preparación militar y carrera armamentista, ya se sabe lo que se juega. También a lo que se va y cómo se va a resolver: por la rendición o la destrucción mutua asegurada y el fin de la humanidad. No hay manera de generar argumentos sólidos para la disidencia. Es un enfrentamiento descarnado. Lo mejor es salirse del mismo, no inmiscuirse si no se quiere salir lastimado.
El fomento de los estudios geopolíticos permite establecer al realismo político sobre bases objetivas, alejamiento de la emotividad, apego a los principios del derecho internacional en contra de las guerras, pero también aceptar la descarnada manifestación de los intereses de los dirigentes de poderes que no han terminado de repartirse las riquezas mundiales. No hay lugar para el maniqueísmo. Esperemos jamás estar en el dilema de defender nuestros derechos y soberanía frente a la agresión.