CON NOMBRE PROPIO

Guatemala: un sistema funcional

|

Por los medios tradicionales y redes sociales vemos, oímos y leemos catarsis sobre que nuestro país no funciona, existe desencanto con el sistema político, y gobierno tras gobierno, la frustración con respecto a la democracia, entendida esta como el sistema para lograr la alternancia del poder, es evidente. El FCN Nación registró el peor desempeño de un partido oficial desde la apertura democrática, el gobierno de Jimmy Morales y Jafeth Cabrera lograron con su mediocre gestión un exiguo resultado electoral para sus candidatos presidenciales y diputados.

' El país es útil para el verdadero poder; el narcomercantilismo actual debe combatirse por sus causas y no por sus efectos.

Alejandro Balsells Conde

En un país serio, quienes gobiernan entendieran el mensaje de la población en la urnas; sin embargo, no se quiere escuchar a quienes les votaron. Quienes votaron por quienes ahora mandan, en principio, fue porque no querían a Sandra Torres en la presidencia y tampoco deseaban una repetición del FCN Nación, sin perjuicio de que se compitió habiendo sacado de la carrera a Thelma Aldana, Zury Ríos, Erwin Escobar y Rolando Radford, registrándose el proceso electoral con más candidaturas desechadas desde la apertura democrática, pero en estos momentos los aliados más fervientes del oficialismo son Sandra Torres y los dueños del FCN Nación, hay desprecio al elector porque el cogobierno es evidente.

Si el desencanto existe, ¿qué sucede?, ¿por qué en 14 meses de gestión no se ha presentado una sola iniciativa de reforma a “algo”? Si la pandemia azotó y el país es gobernado por un médico, esperaríamos un Congreso con modificaciones al sistema de salud, la seguridad social, régimen de contrataciones del Estado, servicio civil, así como accesos digitales en escuelas y modernización de la gestión administrativa, pero no hay nada, y no existe propuesta, porque el verdadero poder no quiere cambiar, para el verdadero poder esto es fabuloso.

El país funciona eficientemente para los verdaderos detentadores del poder. La crisis económica ha sido fuerte, pero los números macros indican un sufrimiento menor al de varios países del área, la explicación es porque los migrantes, todos los días, mandan millones de Dólares en remesas y ese dinero se traduce en consumo. Una sociedad rentista no es sostenible, pero eso poco importa. Expulsamos al mejor elemento humano en todas las clases sociales y partidos vinculados con narcotraficantes confesos tienen presencia legislativa y municipal, sin que las élites muevan un dedo para cambiar el panorama, esto es un hecho. Entender que la Guatemala actual quiere mantenerse sin cambios por el verdadero poder es clave, porque los ciudadanos, sin importar si somos de izquierda o derecha, al pretender cambios nos toparemos con una verdad: el país no cambiará mientras sirva a ese poder real que mantendrá el narco mercantilismo como sistema. Basta y sobra ver cómo el Ministerio de Educación enfrentó la pandemia para percatarse que el verdadero poder no quiere una sociedad educada, sino más bien, aletargada y bien lejos del conocimiento. A un año de estados de Excepción, suspensiones de clases, problemas enormes de acceso a material y a la docencia, nadie puede enumerar un solo logro o iniciativa de reforma al régimen educativo, el verdadero poder considera fundamental mantener gente sin acceso al conocimiento. Si algunos queremos cambiar el sistema, lo mejor es aceptar la realidad, el verdadero poder no quiere cambios estructurales sino mano de obra barata, institucionalidad precaria, mercados concentrados, desnutrición infantil, un engorroso sistema judicial y sobre todo, espacio abierto para la arbitrariedad y corrupción. Creer que la mayoría queremos cambios es mentir y morir en el intento, de allí que si quienes queremos cambios no atacamos causas y nos quedamos en los efectos, la catarsis seguirá otros veinte años, pero las cosas jamás se modificarán.

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.