DE MIS NOTAS

Historia de la quema de la embajada española

|

Desde hace décadas he venido escribiendo sobre la quema de la embajada de España y la connotación especial que tiene en la historia de Guatemala, porque es a partir de ese suceso que se produce un cambio radical en la percepción del mundo hacia el movimiento armado guatemalteco.

' La percepción del mundo hacia Guatemala cambió a partir de la quema.

Alfred Kaltschmitt

He sostenido que la quema de la embajada de España es la “piedra angular” del conflicto armado interno. Y que a partir de este hecho pivotante se detona una serie de repercusiones políticas de profundo impacto en la historia de nuestro país, efectos que al día de hoy perduran.

Rememoremos: La extensa cobertura mediática a nivel internacional de la quema de la Embajada y el rompimiento de relaciones diplomáticas fue trascendente. Una embajada había sido atacada. Un embajador había sobrevivido a un ataque a su sede. Se había violado el sacrosanto artículo 31 de la Convención de Viena, el cual determina la “inviolabilidad de los locales consulares”. La trágica muerte de 36 personas, entre ellas funcionarios de la Embajada y personalidades de alto perfil político y académico —y el hecho de que se responsabilizase al gobierno de Guatemala— generó a nivel mundial una inmediata antipatía y repudio, calificando el hecho como una acción salvaje y brutal.

El mundo entero cerró filas contra Guatemala. Toda versión diferente a la expuesta a nivel internacional fue rechazada de oficio por falta de credibilidad. El padre de Rigoberta Menchú, de la noche a la mañana se convierte en víctima en vez de victimario. De guerrillero secuestrador que había irrumpido violentamente y tomado bajo amenaza de armas y bombas molotov se le proyecta ahora como el líder indígena luchando por denunciar las atrocidades de un ejército sanguinario. De una toma armada, violenta, ilegal y hostil, el enfoque político/mediático la proyecta como una toma pacífica sin consecuencias trágicas si el Gobierno no hubiese actuado con semejante grosera y estúpida irresponsabilidad…

Por esa razón, la publicación del libro Historia verdadera de la quema de la embajada española, escrito por Adolfo Molina Sierra, hijo del Lic. Adolfo Molina Orantes, compañero de infortunio del exvicepresidente Eduardo Cáceres Lehnhoff en esa planificada tragedia, me llena de esperanza de que nunca es tarde para demoler la narrativa mentirosa e interesada de los premios Nobel de la Paz y sus tambores de resonancia, que nunca han hecho la paz ni dejado la guerra, como lo señala Molina Sierra.

El libro tiene el mérito especial de estar escrito por el hijo de una víctima. Una ventaja para otear desde el círculo íntimo una serie de hechos que legitiman la versión histórica silenciada, que derrumba la narrativa vendida internacionalmente de campesinos pacíficos y vincula de forma incuestionable la complicidad del embajador Máximo Cajal López con la ocupación.

La obra de Molina Sierra contiene una selectiva e inteligente recopilación de hechos y testigos históricos hasta hoy desconocidos. Por ejemplo, que el embajador Cajal le pidió a su padre visitarlo en su propia casa, con el único fin de cerciorarse de llegar puntualmente a la cita del día 31. Que cuando Cajal visitó el Quiché, unos días antes de la ocupación, pidió viajar sin seguridad y chofer para entrevistarse con religiosos españoles ligados a la guerrilla. Que Cajal le pidió a su mensajero sacarle cien fotocopias del manifiesto de la guerrilla; y que sin su colaboración, Gustavo Meoño, guerrillero del EGP, quien fue quien planificó y dirigió la ocupación de la Embajada, no podría haber llevado a cabo este operativo.

No dudo en recomendar este libro como la más rigurosa investigación histórica de la ocupación, no solo en términos de acuciosidad investigativa, sino de la profundidad del abordaje del contexto histórico. Felicitaciones al Lic. Adolfo Molina Sierra por este importante aporte.

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.