REGISTRO AKÁSICO

Incógnita en el 14 a las 14

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Una inflexión social, supone un doblez en la historia. ¡Que la tortilla se vuelva! Decían los radicales en las épocas de cambio. Muchas veces, esa modificación no supone cambios bruscos ni mucho menos violencia. Puede suceder en las convicciones, en costumbres, en la manera de expresarse. Un área crítica para la convivencia social es el aprecio de la política. Modificar hábitos negativos y abandonar la cultura de la cancelación, no es fácil.

La acusación de peculado lanzada contra los funcionarios públicos, es un buen ejemplo. Todos dan por sentado que los diputados son personas corruptas. La actuación virtuosa es ajena a estos representantes. Se acusa de haber conseguido el cargo, debido a la baja calidad ciudadana de los votantes. A través de regalos viles, tales como un refresco y un tamal, se han ganado el voto. Algunas veces supone colaborar en fiestas, tales como las graduaciones escolares o patrocinar una feria. Antes, era importante celebrar una conmemoración patronal. Arreglar el templo o pagar una orquesta. Ahora, regalar camisetas con el logotipo partidario, en medio de una zarabanda. Quizás, las campañas tuvieron ese cariz.

Lo deleznable es el diputado que acusa a sus colegas de recibir coimas por pasar leyes, sin mencionar nombres, cantidades o pruebas. Es el campeón de la descalificación y empedernido contreras, jamás promueve una iniciativa programática. Piérdase toda esperanza de cambio y solvencia política, en la afirmación de leyes para establecer un gobierno eficaz. Muchos de estos, se reeligieron; el próximo gobierno la tendrá difícil.

' De nuevo se aguarda la posibilidad de un cambio de rumbo beneficioso para la sociedad nacional.

Antonio Mosquera Aguilar

El pacto de corruptos es un follón donde tampoco se mencionan nombres y mucho menos se aportan elementos de convicción para aceptar la existencia de tal conspiración. Útil para entreguistas a intereses foráneos, o comodín para esconder la malicia propia, se ha convertido en un recurso retórico de comentaristas sin fundamentos prácticos y teóricos. Muy cercano a este embrollo es la profecía del golpe de Estado. Cuando se haya producido el cambio en los poderes del Estado, ¿se continuará con esa cantaleta?

Uno de los primeros en reflexionar sobre ese quiebre institucional fue Carlos Marx *1818 +1883, en el 18 Brumario de Luis Bonaparte, explica las diferencias entre el golpe de Estado de Napoleón, el primer emperador, y su sobrino Luis al establecer la 2ª República. La calidad literaria en la descripción de los acontecimientos políticos sirvió para apreciar los escritos del viejo socialista. Fundamental para el análisis realista. Mejor, la obra de Curzio Malaparte*1898 +1957, La técnica del golpe de Estado, pasa revista a Napoleón, Trotsky, Lenin, Pilsudski, Primo de Rivera, Mussolini y Hitler. Aquí, pone de relieve la necesidad de fijarse en el actor principal. Por lo tanto, un deslucido fiscal o una señora con anteojos, sin concitar la emoción del cambio, están lejos de tal iniciativa.

Aparentemente ha sido un medio persuasivo apelar a tal conmoción política. No obstante, es claro que corrió dinero. El pantano demócrata parece haberlo facilitado, además de salir ganancioso con su incrementada influencia y capacidad de imponer dictados.

Sin embargo, lo apuntado al inicio es importante. ¿Habrá una modificación en la manera de actuar y referir la política? Importará, fijar uno o dos problemas nacionales dignos de enfrentarse. La economía política dejará de ser campo de burócratas financieros para enfrentar proyectos de progreso social. Tal circunstancia es la decisiva para conseguir un despegue progresivo en el estado de la nación. El tiempo dirá.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.