En La Antigua Guatemala siempre existieron asociaciones y comités que velaron por su conservación; fueron agrupaciones de vecinos que contaron con el apoyo de sus autoridades, cuyo esfuerzo culminó en 1969 con la emisión de la Ley Protectora de La Antigua Guatemala.

51 años después de emitida la Ley y haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad, dejó de ser la ciudad histórica por excelencia, de vocación habitacional, cultural y turística, convirtiéndose en un centro comercial a cielo abierto, derivado de su desatención, que abrió la puerta a la especulación sobre el valor y el uso del suelo. En ese contexto, prevalece el crecimiento sobre el desarrollo, y la explotación sobre la conservación, sin que sus autoridades conciban que desarrollo y conservación no son actividades excluyentes, sino parte inalienable de los retos de una ciudad símbolo, en proceso de conservación.

En noviembre de 1999, entre los vecinos asistentes a la Feria Nacional de Turismo, ante el potencial de la ciudad mal manejado, surgió la inquietud por tener una voz ante las autoridades que transmitiera sus inquietudes y necesidades. Ahí surgió la Asociación de Vecinos Salvemos Antigua. De acuerdo a los artículos 58 y 59 de la Ley para la Protección el Patrimonio Cultural de la Nación, que permiten constituir y reconoce las Asociaciones Culturales, se inscribió en el Ministerio de Cultura y Deportes, y en el Registro Civil local. Su primera acción fue solicitar audiencia al Alcalde y Conservador de la Ciudad, quienes la negaron, percibiéndola antagónica y no como el valioso interlocutor propuesto.

La Asociación creció. Propició mesas redondas, proyección de películas, conferencias y dio inicio a un programa educativo, en términos de valoración del patrimonio cultural y la necesidad de su conservación como fuente de identidad, orientado a escuelas, institutos y colegios de la ciudad.

En septiembre 2000 se supo que la Municipalidad y el Consejo Protector habían autorizado la construcción de un supermercado entre los conjuntos monumentales san Jerónimo y La Recolección, sin tomar en cuenta el Plan Regulador vigente y la Ley Protectora.

Ante el riesgo para la ciudad, Salvemos Antigua convocó a un foro público en la ciudad de Guatemala. Los participantes sugirieron celebrar otro en La Antigua Guatemala e invitar a las autoridades, promotores, diseñadores y agencias de cooperación y prensa internacional. Los medios de comunicación nacional e internacional manifestaron su rechazo al proyecto, lo mismo que editorialistas, columnistas, profesionales, expertos y visitantes; eso indujo a que el proyecto fuera suspendido. Se solicitó a UNESCO hacer una evaluación de lo que sucedía.

Con ese positivo resultado para la ciudad, la Asociación propuso al Concejo Municipal crear una unidad de planificación que actualizara el Plan Regulador de 1974. Una vez aceptado, se integró un grupo de trabajo -Ad Honorem- con vecinos y miembros representativos de las asociaciones culturales, dando origen a la Unidad Técnica de Desarrollo Municipal. Se preparó el esquema del Plan de Ordenamiento Territorial y el Reglamento del uso del suelo, y fueron atendidas las exigencias del descontrolado crecimiento que la ciudad ya acusaba en el año 2001. Se definió un área de máxima conservación y esbozó el plan de circulación vial, proponiendo áreas peatonales y de circulación restringida de automotores.

Oficialmente tanta belleza no podía perdurar; el esfuerzo fue abortado.

Desde hace más de un año la Municipalidad cuenta con un Plan de Ordenamiento Territorial, por el que los guatemaltecos pagamos una fabulosa cantidad de dinero, que espera ser aprobado por el Concejo Municipal… en tanto la ciudad sigue deteriorándose inexorablemente.