SI ME PERMITE

La conducta se corrige si uno se deja guiar

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“El gran descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas al alterar sus actitudes mentales”. Willam James

' Cuando buscamos alternativas debemos saber escuchar y luego seguir los pasos que se nos indican.

Samuel Berberián

En nuestra modernidad no podemos pasar por alto el aporte que la Psicología nos ha brindado. Lo que antiguamente sucedía es que muchos de nuestros mayores tomaban el tiempo de ayudar a los suyos cuando se encontraban en callejones sin salida. Ellos, por la experiencia que tenían, con mucha pericia sugerían alternativas para que lo que se miraba a futuro no los paralizara.

Hoy en día tenemos la ventaja de poder presentar nuestras confusiones a los profesionales de la Psicología, los que, con una paciencia y pericia increíble, nos escuchan y, más aún, nos guían cuando no logramos coordinar lo que queremos explicar y nos ofrecen alternativas que cada uno de nosotros debe escoger si nos convienen y nos guían o acompañan para llegar a despejar el panorama de nuestra vida.

Es más que evidente que muchas de las justificaciones que como humanos elaboramos nos llevan a callejones sin salida por lo cual tenemos que hacer el recorrido de regreso para poder retomar el rumbo. Cuando estamos dispuestos a dialogar y buscar la ayuda correcta, los entendidos nos indican estrategias para avanzar y, además, nos proveen de recursos para corregir aquello que nos ha llevado a esos callejones.

Es cotidiano ver cómo con el menor descuido en el diario vivir nos vamos a extremos, los cuales nunca nos permitirán una vida productiva y gratificante, pero cuando dejamos que se nos ayude podemos llegar a un balance sin tener que negar las realidades de los extremos.

La vida está llena de altibajos y de sorpresas inesperadas, pero cuando podemos superarlo, a la brevedad podemos seguir la vida; sin embargo, cuando no es así, debemos permitir que un profesional nos asista, para el bien nuestro y de los que nos rodean.

Es admirable en nuestros días cómo los “nunca” y los “siempre” nos llevan a posturas en las que perdemos la claridad de lo que la vida nos ha ofrecido y por ello alguien, con una habilidad profesional, nos puede ayudar a alejarnos de esos extremos y entender lo que para nosotros es funcional y productivo.

Debemos aceptar eso y trabajar con todo esmero para avanzar en la vida y sacar el mejor provecho de ella; claro, con principios claros y con una disciplina que termina siendo un recurso gratificador.

Podemos observar cómo los niños en sus juegos y ocupaciones, cuando las cosas se les caen y las tienen que reconstruir, terminan aprendiendo que la imaginación y la fantasía que ellos tienen no cancela la realidad de una ley de gravedad que no permite violarla y mucho menos ignorarla.

Esta práctica se repite tantas veces hasta que, con la mayor destreza, logran construir las cosas para que se mantengan y no se autodestruyan. En el mismo modo, muchos profesionales de la conducta humana nos ayudan a aceptar nuestra realidad y ser felices aun cuando las cosas en nuestro derredor no cambian.

Sin importar cuánto tiempo llevamos en esta vida, nunca debemos perder de vista que hay cosas por las cuales se debe pedir apoyo de aquellos que conocen qué hacer y saben cómo cambiar para que hasta el final de nuestra vida la vivamos como si tenemos mucho camino por delante, y no en una frustración, como si estuviéramos viviendo el último día de nuestra vida.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.