SI ME PERMITE
La disciplina nos permite ser más productivos
“La disciplina es la parte más importante del éxito”. Truman Capote
Es verdad que cuando más trabajamos lógicamente podemos producir mucho más, pero la verdad es que el simple hecho de hacer más no siempre ayuda, a menos que este se haga con disciplina y bien planificado para que el rendimiento sea evidente.
' Cuando lo formativo se logra con criterios progresivos es porque la disciplina es para la vida.
Samuel Berberián
Por lo mismo, la disciplina es un asunto formativo en la vida y es todo un proceso; no es simplemente de un día para otro que uno termina siendo disciplinado y los resultados saltan a la vista. Es algo que hay que construir paso a paso, y si tenemos la correcta supervisión y la acertada orientación, puede llegar a ser mucho más provechosa.
Cuán gratificante es entender que cuando una persona es disciplinada en lo que se propone hacer, la meta que se traza para la vida o simplemente por el proyecto llega a ser un desafío que la mantiene motivada y no simplemente presionada para terminar un trabajo. Claro que tiene presente cuándo debe terminar el trabajo y cómo lo debe hacer.
Lamentablemente, en estos días muchas veces la disciplina se concibe con un criterio de imposición, y por ello tiene un perfil de castigo, cuando debería ser vista como un simple patrón que nos mantiene dentro del parámetro propuesto y nos guía paso a paso para poder llegar al final gratificados y no simplemente agotados. Esto no implica que se elimina el cansancio, sino que lo primordial es lo gratificante que es terminar algo que se inició.
No podemos negar que muchas veces, por interrumpir algo que se está haciendo (sea este por cansancio o fatiga), cuando lo retomamos hemos perdido parte de la motivación y también la creatividad con la que estábamos haciendo la tarea. Por lo mismo, muchas veces alguien está haciendo algo y cuando se le llama para tomar un cafecito la respuesta es: “En cuanto termine llego, no me esperen a mí, sigan adelante”. Esta simple respuesta nos indica cómo podemos ser productivos cuando tenemos claras nuestras prioridades y las metas que nos hemos trazado, porque si interrumpimos lo que estamos haciendo, al regresar no será lo mismo. Por ello es mejor seguir y terminar.
Sin lugar a duda, una modalidad como esta debe nacer en uno, aunque los que nos rodean tengan criterios diferentes y sus recomendaciones nos inviten a cambiar. De ese modo podrá ser gratificante y además podrá vivirse con agrado y buen gusto. Lo contrario a este modo es cuando la respuesta que se recibe es: “Perdona, pero no me dan permiso”. Lo que refleja esto es que el esfuerzo y la norma está impuesta, y uno se resigna a aceptarlo para evitar conflictos.
Cuando queremos forjar una vida productiva y que nos permita llegar a niveles que reflejen respeto y admiración debemos nosotros mismos establecer las normas y los parámetros para poder ser productivos. Nuestro mismo modo de hacer las cosas será nuestra mejor carta de presentación para lo que habremos de hacer en el futuro.
El mejor criterio es que en nuestro diario vivir hagamos de tal modo nuestras tareas (sean estas de rutina o no), que pueda dar lugar para que la gente se pueda preguntar cómo hemos llegado al nivel que estamos. La simple respuesta es cuando vean cómo lo hacemos y podremos fácilmente ser ejemplo para otros también, y no ser simplemente gente productiva.