SI ME PERMITE

La diversidad, más que amenaza, es valor agregado

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“La diversidad se construye cada día con amor, no con tolerancia”. Miguel Perna

Cuando reflexionamos sobre la realidad de la diversidad cultural de nuestro universo podemos percibir que eso no es ningún impedimento, sino todo lo contrario, porque nos da un valor agregado. Si se le quiere ver en un modo artístico, esto manifiesta un bellísimo cuadro que elimina todo tipo de monotonía. Personalmente soy producto de la diversidad cultural, lo que ha enriquecido mi vida.

' El llamado nuevo continente contribuye a su propia cultura por el esfuerzo de cada uno de nosotros.

Samuel Berberián

Cuando se está pensando en la diversidad cultural no se limita a la estética, sino que nos lleva a mucho más allá, como lo es el idioma, el arte, la música e incluso en los aspectos culinarios, que en momento de ingerir los alimentos, al sentarnos a la mesa, lo podemos apreciar y degustar. Nuestro país y nuestro continente es un cuadro que cuanto más lo contemplamos, mejor podemos entender la riqueza que tenemos y que debemos transmitir a la próxima generación, con sus valores auténticos.

Es muy notorio que en nuestro universo, por donde se le pueda observar y evaluar, el criterio de la diversidad está siempre presente, y los humanos no podemos quedar fuera de ese modo de la convivencia. Es innegable que para quienes la diversidad llega a ser un obstáculo o amenaza, manifiestan una extrema pobreza del aspecto formativo, y cuando eran criados no fueron enseñados en el valor de diferentes personas, y muy fácilmente les inculcaron los clásicos prejuicios y complejos que algunos tienen y los cuales no deberían, no tiene ningún fundamento para su existencia.

Cuando llegamos a conocer y apreciar nuestra propia cultura entonces podemos entender el lugar y valor que tienen las otras. Cuando entendemos que cada cultura tiene elementos de máxima fortaleza, las empezamos a buscar porque nos ayudan a complementar la nuestra y nos podemos enriquecer con las otras culturas. Lo podemos ilustrar simplemente con sus platos típicos de cada cultura.

Claro está, por el criterio de poder armonizar, en ningún momento hay que permitir en nuestro medio la imposición, porque cuando se escoge ese camino se transforman en una amenaza y empezamos a construir muros para proteger nuestra cultura. La realidad de la coexistencia y la relación amistosa son recursos que favorecen. Es entendible que para quienes son muy firmes en sus relaciones sociales y círculos oogonios la diversidad cultural no tiene espacio y nadie la está pidiendo.

Debemos aprender en lo individual que cuando estamos programando nuestra vida para una sana y productiva convivencia iniciamos aceptando a las personas no por sus apariencias y mucho menos por su origen, sino por la razón fundamental por la cual la vida nos ha traído a donde estamos.

El primer paso que debemos tomar en esta vida es saber cuál es el papel que nos toca para que podamos tener un aporte positivo con los que nos rodean, y como nos toca convivir con otras culturas, debemos hacer nuestra parte, para que nos vean como un valor agregado en el medio que nos desempeñamos, y no simplemente como una carga, que se nos tolera por nuestro modo de ser y nuestro modo de pensar.

En este universo armónico que queremos tener en la vida, agreguemos lo que es único en nosotros para que la constelación de conductas y culturas sean como una sinfonía, la cual, cuando se escucha, gratifica grandemente a todos.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.