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La ecuación de la inmigración a EE. UU.

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Mucho se ha hablado estos días del acuerdo para convertir a Guatemala en un tercer país seguro. El presidente de EE. UU., Donald Trump, asegura que el gobierno de Guatemala estaba dispuesto a firmar un convenio y luego se echó para atrás. Afortunadamente la ciudadanía estuvo atenta y presionó, porque con el solo hecho de haber tenido la intención de firmar un convenio de esta magnitud podemos ver lo perdido que anda el mandatario Jimmy Morales.

Hasta un niño sabe de que Guatemala no tiene la capacidad de recibir a miles de migrantes y proporcionarles resguardo. Si el Estado no es capaz de brindar a su propia población las garantías mínimas, mucho menos podrá hacerlo para los migrantes.

Si bien es cierto que cada país debería asumir su responsabilidad para reducir los flujos migratorios, también es un hecho que, si Estados Unidos no le hubiera dado la espalda a Guatemala en el apoyo de la lucha contra la corrupción, ahora estaríamos en un proceso de cambio positivo para el país, en lugar de haber retrocedido dramáticamente.

La continua inmigración ilegal es un problema que difícilmente podrá ser controlado, debido a las circunstancias de pobreza, falta de oportunidades y violencia por las que atraviesa la mayoría de los habitantes centroamericanos. Mientras exista esa obscena corrupción en los gobiernos, la población más humilde se verá obligada a salir de sus propios países en busca de un mejor futuro. Para perseguir, según ellos, el sueño americano, que lo más probable es que termine siendo una pesadilla.

La migración ilegal no se detendrá hasta que no mejoren las condiciones socioeconómicas de estos países. Si Estados Unidos quisiera realmente evitar este éxodo, entonces debería cambiar sus políticas de apoyo a la región, combatiendo la causa y no la consecuencia del problema. Están apretando a las poblaciones, pero a los corruptos gobernantes los tratan súper bien, aun sabiendo lo que hacen.
Estados Unidos se está debilitando mundialmente y una de las causas es que no es capaz de ayudar a fortalecer a sus vecinos del sur. Que son Estados pobres, vulnerables, sumidos en la ignorancia y la violencia. La mejor estrategia y empoderamiento para EE. UU. sería ayudar a convertir a los países vecinos, en naciones desarrolladas y de alto nivel.

La migración ilegal de centroamericanos no podrá detenerse con amenazas basadas en recortar la ayuda, o acuerdos tipo “tercer país seguro”. Que solo nos hacen ver como naciones débiles y serviles, con habitantes de tercera. Es ridículo que Trump, siendo un hombre que siempre ha pensado en grande y ha tenido ideas innovadoras y atrevidas en los negocios, no sea capaz de buscar soluciones más viables e integrales para todos.

' La única forma de frenar la migración ilegal es que las personas logren una existencia digna en su propio país.

Brenda Sanchinelli

El caso es que si no mejoran las condiciones de vida de los ciudadanos del Triángulo Norte, será imposible que se consiga frenar este problema. El desafío para Trump será crear nuevas estrategias para la región, que permitan mejorar la calidad de vida de las personas.

Si EE. UU. quiere invertir dinero en la región, que lo haga construyendo escuelas, hospitales, carreteras y generando empleo para los propios habitantes de cada país. La inversión debe ser directa y no manejada por los corruptos gobernantes de la región.

Soluciones preventivas existen muchas y entre más tiempo pase, la situación será cada vez más incontrolable para ellos, porque aquí estamos fuera de control.

ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.