RINCÓN DE PETUL

La mentalidad del quetzalito

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Collier es el nombre de un condado ubicado en el lado del golfo, en el suroeste de Florida. En 2010, la revista Forbes lo situó en el primer lugar del listado de condados estadounidenses hacia donde la gente rica se estaba mudando. Con sus playas de ensueño y un cálido clima tropical, el condado se ha convertido en un absoluto favorito para el retiro de los más afortunados de toda aquella enorme nación. Collier County. Sus ingresos per cápita son $37 mil anuales; y el ingreso medio por familia es $68 mil. Así, encabeza el listado de condados según ingresos de Florida, la cuarta economía más grande –dicho sea de paso- de Estados Unidos. ¿Cómo lo podemos decir? Estamos hablando de un lugar donde circulan masas descomunales de dinero. Cantidades que han sido difíciles de dimensionar con ojos made-in-Guatemala.

' Los migrantes pueden ser la puerta de entrada a la economía más grande del planeta.

Pedro Pablo Solares

Guatemala. Y ¿qué puede tener Guatemala que ver con un lugar como Collier County? La respuesta hace 30 años pudo haber sido “no mucho”. Pero hoy, en 2022, décadas adentro del gran éxodo guatemalteco, sin ninguna duda, la respuesta ha cambiado drásticamente. Y es que mientras el lugar estaba invitando a aquellos ricos y afortunados, también fue un centro de atracción importante para decenas de millares de guatemaltecos. En especial, campesinos originarios -según mis datos personales- de municipios huehuetecos. Así, sus ciudades de Naples, Immokalee, y las adyacentes Fort Myers y Bonita Springs, se convirtieron en centros emblemáticos de nuestra gran emigración. Cancillería estima que en todo Florida viven unos 150 mil connacionales. Y de ellos, estimo que al menos una quinta parte, radica en esas cercanías.

El caso de Collier County no es en lo absoluto único ni excepcional. Lo uso únicamente de ejemplo. Más bien, es solo uno entre una enorme lista de ciudades y condados a nivel estadounidense, donde el patrón de guatemaltecos que radican entre las más grandes economías del mundo entero, se repite. Solo con mis recursos personales, he logrado identificar cerca de 300 casos similares, a lo largo de 40 estados. Y es particular decir que todos los estados que lideran esa lista (según ingresos familiares) coinciden en que están también repletos de poblaciones guatemaltecas: Maryland (1er. lugar de la lista); Massachusetts (2º.). Nueva Jersey (3ero.). California (5º.). Y así, la lista continúa con enorme coincidencia entre el movimiento de gran riqueza y la presencia de emergentes poblados migrantes guatemaltecos.

En los últimos 20 años, el mapa demográfico nacional cambió sustancialmente. Referentes importantes del mercado bancario estiman que nuestra población en EE.UU. se acerca ya a 4 millones de habitantes. Pasamos de ser un conjunto de poblaciones en un solo territorio (Guatemala), a ser un conjunto de poblaciones en dos territorios. Y en ese mismo periodo, el país parece darse por satisfecho con aprovechar el fenómeno, solo con el uso de las remesas familiares. Ya sea su consumo, o, en los casos más propositivos, con propuestas dirigidas al ahorro o una añorada inversión. Pero toda discusión a que he tenido acceso indica una mentalidad guatemalteca que se queda adentro de las fronteras de nuestro país. En una economía que es un 0.4% del tamaño del lugar donde se desenvuelve el migrante que genera esa divisa.

He tenido oportunidad de conversar con actores de la industria y del comercio nacional, y es difícil lograr que dimensionen la oportunidad que vivimos. Una que considero, está a nuestro alcance. Las poblaciones de connacionales que radican en el exterior, son una puerta de entrada a aquella economía. Ellos, que viven y consumen allá, son un mercado base para dar a conocer nuestras marcas locales. Nada nuevo. Es lo que han hecho otros países. Un ejemplo claro de esto es lo que sucede en el mercado culinario internacional en EE.UU. Pero a nosotros nos ha costado soñar. Nos ha costado abandonar la mentalidad que se satisface con el éxito local. Nos ha costado dimensionar. Dimensionar que vivimos un momento único, donde los migrantes pueden ser la puerta de entrada a la economía más grande del planeta.

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.