A CONTRALUZ

La migración nuestra de cada día

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El sufrimiento de 65 migrantes que viajaban hacinados en un furgón revela con la mayor crudeza el sacrificio que estos estaban dispuestos a afrontar con tal de tener una oportunidad en la tierra de la abundancia. Sin ventanas, ventilación ni agua y a temperaturas que se acercaban a los 60 grados centígrados, la agonía y la muerte llegaron en forma inexorable en una de las carreteras de San Antonio, Texas. Cincuenta y tres personas perdieron la vida, entre quienes estaban 22 guatemaltecos, para quienes el sueño americano se convirtió en la peor pesadilla. Ellos ahora engrosan las frías estadísticas de los migrantes que se quedaron en el camino, pero para sus padres e hijos dejaron un vacío, un profundo dolor. Pero no solo eso, sino que muchos de ellos endeudaron a la familia o vendieron las únicas propiedades que tenían, con lo cual la miseria, de la que trataban de huir, ahora es aún mayor.

' Las remesas representan el 14.6 por ciento del PIB, una cantidad similar a la que generan las exportaciones.

Haroldo Shetemul

Guatemala expulsa a su gente. Los migrantes abandonan el país por la falta de oportunidades, el desempleo, la pobreza y la violencia. Es fácil desde el poder hablar de buscar formas de detener el éxodo de miles de jóvenes que ven hacia el exterior o de que se endurecerán las penas contra los coyotes. Nada de eso detendrá la partida. Lo difícil es crear las condiciones para lograr que esa mano de obra se quede en el país. La mayoría de las veces la migración se frustra por la masiva deportación. El Instituto Guatemalteco de Migración reportó que, en el 2021, fueron retornados más de 57 mil connacionales desde México y Estados Unidos. En los primeros cuatro meses del 2022, el número de deportados superó los 12 mil. Estas cifras hablan de que, pese a la crisis por la Covid-19 y las mayores restricciones para ingresar a territorio estadounidense, la migración no se detiene. Al contrario, se incrementa cada vez más.

Cada año más de 200 mil jóvenes se incorporan al mercado laboral en Guatemala, pero no encuentran fuentes de empleo. Cuando logran ubicarse en un trabajo, muchas veces estos representan salarios de miseria que no alivian las necesidades de las familias. La situación se vuelve exasperante cuando aprieta el hambre y la carencia de los satisfactores más básicos. La falta de educación, salud, vivienda y empleo digno se convierten en caldo de cultivo para ver hacia el norte como la única solución. Basta decir que Guatemala es el quinto país más pobre del continente y el de mayor inseguridad alimentaria. La desmedida corrupción que se ha incrementado en el país significa menor inversión para cuando menos paliar la situación de pobreza. El deterioro de la red vial también implica un mayor abandono y aislamiento de las comunidades rurales. Desde esa perspectiva, la migración se convierte en la única posibilidad de sobrevivencia.

Los migrantes han salvado la economía nacional. Se estima que en Estados Unidos hay 1.3 millones de guatemaltecos, la mayoría de ellos en calidad de indocumentados. Las remesas que envían a sus familiares registraron en el 2021 un récord de divisas al situarse en US$15 mil 295 millones, lo cual representó un 34 por ciento de incremento con relación a los US$11 mil 340 millones que ingresaron en el 2020, en el inicio de la pandemia. Ese dinero sirve para la sobrevivencia de más de seis millones de connacionales, lo cual significa el 33 por ciento del total de la población. Además, las remesas representan el 14.6 por ciento del Producto Interno Bruto, una cantidad similar a la que generan las exportaciones. Ese es un aporte invaluable. Lo mínimo que merecen nuestros compatriotas migrantes es que las autoridades inviertan en educación, salud, vivienda y demás satisfactores para que las nuevas generaciones no tengan que exponer su vida para poder viajar al norte.

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.