Si me permite

La mujer se debe respetar y darse a respetar

En ningún momento debemos permitir que una mujer sea tratada como un objeto.

“Las mujeres son las reinas de los jóvenes, las compañeras de los adultos y las nodrizas de los viejos”. Bacon

El asunto del respeto a la mujer, el cual es un principio de los más básicos para la convivencia y el cual se debe aprender en esta vida. Sin lugar a duda, cuanto antes se aprende, mayor provecho habrá de tener. A la gran mayoría de nosotros se nos fue enseñado en los años formativos de nuestra niñez, y si lo hemos sabido asimilar, nos ha favorecido para que se nos corresponda también con respeto. De no ser así, debemos añadirlo a nuestro modo de ser.

No debemos esperar la ausencia de la mujer para llegar a valorarla, debemos hacerlo cuando nos acompaña.

En el caso específico cuando uno es un caballero en esta sociedad, habrá de hacerse evidente con el trato que tiene con las mujeres. Esta norma si se acepta el hombre debe de cumplir con su parte y seguramente muchas mujeres habrán de corresponder a ese gesto. No podemos negar por otra parte que hay damas que por alguna razón no infunden respeto. Eso no debe justificar a nadie para que le tenga que faltar el respeto, lo mejor es que uno sea correcto en lo que a uno le toca.

En nuestra sociedad, por las costumbres que tiene y por las reglas con las que se rige, en el marco de la caballerosidad está sobreentendido que la iniciativa debe nacer en uno de ser una persona caballerosa y respetuosa. Este detalle le da un valor agregado a la persona y sin lugar a duda con el tiempo será de mucho beneficio para la imagen que uno proyecta.

Debemos ser claros en que cuando hablamos de respeto no estamos simplemente haciendo referencia a la cortesía únicamente, la cual pudiera ser una apariencia externa, pero que en ningún momento manifiesta una conducta genuina. Ahora se entiende que inicia allí, pero tiene que acompañar a toda la modalidad de vida que uno desarrolla, porque los que están observando nuestro modo de ser juzgan y evalúan nuestros modales, los cuales habrán de determinar si somos o no respetuosos.

Es innegable que el asunto del respeto es parte incluyente de las diferentes culturas en diferentes luggares de este mundo. Por ello, posiblemente, la modalidad con la que se pueda demostrar el respeto pueda variar, pero siempre estará y habrá que tenerlo muy presente, especialmente aquellos que por razones de trabajo o compromisos adquiridos tienen la obligación de viajar y encontrarse en diferentes contextos deben estar previamente bien informados de qué modo habrán de demostrar lo respetuosos que son. Un descuido en este terreno puede afectar las relaciones e incluso puede afectar los negocios que se quieren tener.

Es muy importante recordar que el asunto del respeto a la mujer no está enmarcado en lo que se refiere a la discrecionalidad personal, es asunto fundamental de las reglas de convivencia de cada una de las regiones de nuestro mundo y debemos saber cómo asimilarlo, si queremos lograr unas relaciones armoniosas y gratificantes.

Es notable que muchos de aquellos que gustan viajar y conocer diferentes partes del mundo posiblemente se olvidan de prestar atención a este asunto tan básico y de tanta utilidad para poder cultivar relaciones gratificantes. Esto nos debe hacer cuidadosos al estar en otros círculos, saber cuáles son las reglas con las que cada comunidad se rige y poder así integrarnos correctamente, para no ser ofensivos en ningún momento.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.