DESDE GINEBRA

La Navidad en tiempos de pandemia

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En un futuro, cuando recordemos este difícil año, con la pandemia, y hablemos de cómo fue la Navidad y las fiestas de fin de año, lo haremos con un sabor agridulce. Pronto se habrá puesto fin a un año de nuevas mutaciones del covid-19, el cual nos deja en la memoria un año lleno de incertidumbres.

' Muchas personas esperan las fiestas de navidad para hacer las tradicionales visitas familiares.

Eduardo Sperisen-Yurt

Brindemos, pues, con la esperanza de que, en algún momento en el futuro, se encuentre una vacuna que realmente inmunice de por vida y que nadie se tenga que preocupar por los efectos secundarios que pudieran sucederle.

Por ahora ninguno se atreve a pronosticar con detalle cómo van a ser las fiestas en 2022. A estas alturas no es posible saber si uno podrá reunirse con sus familiares ni cuántos podrán sentarse alrededor de la mesa. Tampoco nadie se atreve a descartar que el final del año entrante nuevamente coincida con un pico de contagios de un virus con sus nuevas mutaciones y que eventualmente se tenga que pasar en confinamiento.

Este año, en algunas ciudades del mundo, pocas tradiciones navideñas han quedado inmunes a la pandemia. No hubo convivios, fiestas públicas, y los coros que normalmente cantaban villancicos se vieron limitados, y en muchos casos, en varias ciudades, donde normalmente las calles se cubrían de luces navideñas, se han quedado sin estas.

Conforme avanza el tiempo ha crecido la inquietud entre la población, y los sectores económicos directamente implicados no saben cómo afrontar estas fechas de paz y de reflexión. Sin embargo, no solo está en juego el dinero y el comercio, aunque sí cuenta, pero principalmente más grande es la tradición, el espíritu navideño con la conmemoración del nacimiento del niño Jesús, el caudal de afectos y la ilusión de los niños que movilizan estos festejos.

Muchas personas esperan las fiestas de Navidad para hacer las tradicionales visitas familiares, y al no hacerlo se sienten tristes y ansiosas en lugar de estar alegres, por la pérdida del contacto humano, fomentando la tristeza y el desamparo. En esta época no deberíamos renunciar a celebrar este momento tan emotivo, guardando en todo momento las medidas sanitarias recomendadas.

A pesar de todo, las tradiciones navideñas este año han sido disminuidas en muchas partes del mundo; no obstante, al celebrarlas es porque al final todo depende de la actitud con que se afronte esta experiencia. Si se considera, como una pérdida las renuncias y limitaciones que se han asumido durante esta pandemia, nos sentiremos mal, pero si la vemos como una Navidad diferente, el impacto emocional será menor.

Ante esta experiencia que nos ha tocado vivir en los últimos años, seguramente de alguna manera nos toca reinventar las fiestas de fin de año, adaptándolas a las condiciones que se imponen durante esta situación y otras que en el futuro se puedan presentar. Si no podemos visitar a nuestra familia y a nuestras amistades, lo importante es que sí podemos enviarles un mensaje de nuestro cariño a pesar de nuestra ausencia.

Si no podemos participar en eventos sociales, pero sí hemos logrado decorar la casa con motivos festivos, siendo esta una buena ocasión para aprovechar el espíritu navideño, y recuperar la vieja tradición de celebrar las fiestas de Navidad y de fin de año.

Al final, la pregunta es, ¿impactará el covid en futuras celebraciones? Eso solo lo sabremos con el tiempo, pero, de momento, esta Navidad será más íntima, menos bulliciosa y consumista que de costumbre.

Finalmente, les deseo a todos paz, salud y felices pascuas.

ESCRITO POR:

Eduardo Sperisen Yurt

Embajador. Representante permanente de Guatemala ante la OMC. Fue primer presidente y fundador de la Gremial de Exportadores de Productos No Tradicionales y presidente del Grupo de Negociación multilateral del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC.