REGISTRO AKÁSICO
La obstinación no es una virtud
La reiteración en el nombramiento de la Fiscal General, muestra un estilo de hacer política donde no se contribuye a la fluidez democrática. No se busque aquí, una invectiva para afectar la calidad y solvencia profesional de la nombrada; sino tratar de explicar la necesidad de la alternancia democrática.
' Jamás la terquedad ha servido para ofrecer un cauce fluido de entendimiento con los adversarios.
Antonio Mosquera Aguilar
La duración extendida en el tiempo sin visos de finalizar, explica el hartazgo ciudadano por la predominancia enquistada de mecanismos de conservación del poder. La renovación de cargos públicos busca aminorar la irritación de quienes esperan el cambio del adversario al cumplirse el plazo legal. Los períodos establecidos, modifican los términos de la lucha política al sustituir a quienes detentan la autoridad. De no darse, sube la rabia transformando al adversario en enemigo, con la consiguiente busca de medios de lucha cada vez más graves.
Zygmunt Bauman *1925 +2017, fue el último crítico de las dictaduras: las descubrió acomodaticias, en lugar de la supuesta obstinación en una idea. Al final del siglo XX, la cultura mundial compartía la crítica a quienes proclamaban el sacrificio por la patria, honradez en los altos cargos y distribución igualitaria. No había solidez de valores del dirigente, tampoco sacrificio concreto por los demás; se trataba de esconder la realidad del acomodamiento con privilegios logrados por el desempeño del cargo. Las ideologías, valores y principios son líquidos, están aguados. A primera vista aparentan solidez, pero al enfrentarlos, comienza a verse una realidad gelatinosa. Por lo tanto, el empeño en sostener cabecillas solo consigue trabar procesos. Al contrario, la alternancia, si moviliza la lucha de opiniones y si se coloca a los adecuados, beneficia los deseos mayoritarios, pues establece por momentos, reivindicaciones sentidas.
La política de EUA es lábil. Grandes discursos por la democracia, pero tranzas para facilitar el establecimiento de negocios, siempre que consigan la subordinación colaboracionista de los regímenes autoritarios o serviles de turno. La apariencia sustituye a la realidad, como también el empleo de dineros para comprar entreguistas presentados como apóstoles de la anticorrupción. No obstante, no se saca nada con discursos retadores u oposición propagandista. El trabajo de zapa, controla de mejor manera los excesos. No te invitaron antes a una reunión, ahora te invitan. Algunos se distancian, entonces es el momento de dañar. Las puyas solo indisponen y descubren la dignidad ofendida, los poderosos hacen chanza de ellas.
Todavía no ha explicado el expresidente Morales, la razón de nombrar a sus enemigos en los cargos bajo su competencia. Tal actuación no es modelo. No se trata de poner contrarios, sino buscar una tregua posibilitada por un nuevo funcionario. Los cambios expresan una posición líquida cuyo complemento es la fluidez. Trabar desacuerdos no es sensato.
Si no se espera ingratos, se debe lealtad. No se le puede sustraer el piso, ni serruchar una pata de la silla. Simple, el relevo llega a un enfrentamiento donde se ha descubierto al interventor. Pero tampoco se compra un pleito, sino se establece una nueva negociación. Quien se inmiscuye sin respetar la soberanía, tampoco es un todopoderoso. Necesita un tiempo para reorganizar su exigencia. Y allí, está la clave, pronto vienen elecciones donde los nuevos sustituyen al abusivo. La intervención extranjera tampoco es sólida, se trata de acciones líquidas a las que un cauce inteligente ofrece fluidez para buscar concretar anhelos. Tal es la esencia de la democracia: el menos malo de los regímenes políticos.