A CONTRALUZ

La población está abandonada a su suerte

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La situación de contagio de covid-19 está terrible, pero el mayor desastre es que en esta grave situación el presidente Alejandro Giammattei brilla por su ausencia, se esconde. De balde es médico porque no tiene la menor empatía con su gremio, que está extenuado y sin insumos para atender a los enfermos, y demuestra una total incapacidad para el manejo de la pandemia. El mandatario desaparece de la escena en los momentos en que más se necesitaría que demostrara que es el representante de la unidad nacional; ya vemos que no lo es. Frente a la población indefensa se muestra inflexible al trasladarle la responsabilidad, pero ante la cúpula empresarial es temeroso para no confrontarla. Por ello evita imponer un toque de queda más restrictivo que coadyuvaría a reducir el contagio, que va por los cinco mil casos diarios. Guatemala está de luto por los más de 12 mil muertos que ha provocado el coronavirus.

' Pese a la grave situación por la pandemia, el presidente Giammattei brilla por su ausencia; se esconde.

Haroldo Shetemul

En la peor ola de contagios, el país no cuenta con titular de Salud. Aunque el Gobierno insiste en que la médica Amelia Flores continúa al frente de su despacho, se sabe extraoficialmente que presentó su renuncia. Esa habría sido la razón de que la reunión que sostuvo el mandatario con un grupo de médicos fuera gestionada por el exministro Hugo Monroy, quien había salido por la puerta de atrás debido a su incapacidad como titular de Salud. Pero las recomendaciones que le dio ese grupo de profesionales, al presidente le entraron por una oreja y le salieron por la otra. Hace más de una semana que los médicos insistieron en que debía imponer medidas más restrictivas. Los médicos del Hospital del Parque de la Industria informaron que ya no tienen capacidad para atender a más pacientes con covid-19. El viceministro Francisco Coma confirmó esta situación lacerante: la extenuación a que se enfrenta el personal médico y paramédico. Sin embargo, el presidente Giammattei sigue inmutable, ausente.

Gran parte de la responsabilidad del aumento de la pandemia recae en que las autoridades no asumen su responsabilidad para no confrontar al Cacif, que presiona para evitar un toque de queda más prolongado. Basta escuchar las declaraciones del presidente del Cacif, Hermann Girón, quien asegura que no hay evidencia de que la restricción de la movilidad evite los contagios. Frente a esa actitud insensible, el médico Edwin Asturias, quien dirigió la Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia del Covid-19, calificó al dirigente empresarial de “iletrado de la ciencia y la epidemología”, por no entender que hay estudios científicos que señalan el impacto positivo de las políticas de distanciamiento social en la movilidad para reducir los contagios en Estados Unidos. Pero no es solo el sector empresarial, también lo son las municipalidades, que ven impasibles cómo los buses urbanos y extraurbanos van abarrotados, sin tomar medidas de control.

La comunidad médica exige mayores restricciones para detener la ola de contagios. Tanto el Ejecutivo como el Legislativo han recibido 14 recomendaciones para una mejor administración de la pandemia, pero no hay intención de atenderlas. El presidente Giammattei se esconde y el Legislativo anuncia que hasta la próxima semana entrará a conocer las propuestas, como si el país no estuviera en una grave situación de muerte por el covid-19. El mandatario se contenta con decir que hay suficiente abastecimiento de vacunas, pero no existe ninguna campaña oficial para incentivar la inmunización y contrarrestar la desinformación. Además, se reproduce la discriminación hacia el área rural. Mientras, en el área urbana la vacunación llega al 24.5 por ciento, en el área rural apenas se asoma al 9.7 por ciento. La población está abandonada a su suerte. ¿Cuántos decesos más tienen que haber para que el Ejecutivo y el Legislativo asuman su responsabilidad?

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.