PLUMA INVITADA

La política y los amigos

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La política es un negocio sucio que fácilmente se corrompe. Sin embargo, hay algo peor que la corrupción y es el distanciamiento entre amigos por tener ideas diferentes respecto de la política.

' Cuando las discusiones se tornan sobre ideologías políticas, la gente se vuelve testaruda.

Carlos R. Paredes

Un amigo es una persona valiosa. Muchas veces ha sido un compañero de vida y siempre ha estado a nuestro lado, tanto en las buenas como, principalmente, en las malas. Nos ayuda, nos aconseja, nos guía y, sobre todo, nos acompaña siempre, sin juzgarnos.

Los verdaderos amigos son un gran tesoro que enriquece y alegra nuestras vidas. Una amistad sincera es señal de entereza, ética y honradez.

Sin embargo, la política puede interferir y hasta arruinar las mejores amistades cuando una de las dos personas rehúsa conversar, sino, al contrario, desea convencer a la otra.

Por supuesto, su intención es buena, ya que considera, desde su punto de vista, que tiene la razón, y desea genuinamente ayudar a su amigo. Al hacerlo se olvida del principal ingrediente de la amistad, que es aceptar a la otra persona tal como es.

La amistad no juzga, y por ello las ideas de los demás son también buenas. Lamentablemente, cuando las discusiones se vuelven supuestamente sobre ideologías políticas, la gente se torna en testaruda y todo argumento deja de ser ideológico para transformarse en una verdadera pelea por convencer a la otra.

Lo más triste es que la amistad corre mucho riesgo. Una persona convencida por una ideología puede fácilmente transformarse en extremista. Llega el punto en que ya no razona porque considera que tiene toda la razón y los demás están totalmente equivocados.

Incluso si uno acepta que su amigo sea extremista, es posible que el otro no acepte que no se convierta a sus ideas, y de ahí viene un deterioro progresivo y constante de la amistad. Las conversaciones se vuelven difíciles y pueden incluso llegar a las faltas al respeto. En ese momento, la amistad se pierde.

Por ello debemos siempre estar atentos a que no nos dejemos convencer por los medios de comunicación ni por las redes sociales de lo que “es mejor para nosotros”.

Siempre debemos estar prestos a escuchar a los demás, sobre todo si son amigos. Escuchando sin rebatir y leyendo mucho logramos afianzar nuestra opinión y decidir sobre lo que realmente “es lo mejor para nosotros”.

Nunca olvidemos las palabras de Voltaire respecto de la amistad:

“Sólo entre gente de bien puede existir una amistad, ya que: la gente perversa sólo tiene cómplices; la gente voluptuosa tiene compañeros de vicios; la gente interesada tiene socios; la gente política tiene partidarios; la gente de la realeza tiene cortesanos; “únicamente la gente honrada tiene amigos”.

En lo personal, rehúso poner en peligro mis verdaderas amistades sobre cuestiones políticas y también rehúso discutir con personas extremistas, por no decir testarudas.

Mi principal interés es la familia, y como los amigos son la familia que escogí, mi deseo es conservarlos toda la vida.

ESCRITO POR:

Carlos R. Paredes

Consultor en desarrollo institucional y empresarial. Máster en Economía Aplicada y Administración de Negocios. Ingeniero Mecánico Industrial. Exdirector ejecutivo del Campus Sur UVG. Exdecano de la Facultad de Ingeniería UVG. Catedrático universitario.