CRITERIO URBANO
La relevancia del Bicentenario
La semana pasada fui invitado a ser panelista de un conversatorio organizado por el Colegio Monte María, con el apoyo de la Universidad del Valle, Sónica 106.9 y la Cooperación Española, donde participaron alrededor de 150 jóvenes de diferentes colegios. Como parte de las celebraciones conmemorativas del Bicentenario de la Independencia de Guatemala, yo comentaba que este tipo de actos, que ahora debido al covid-19 y gracias al avances de la tecnología, pueden hacerse de forma virtual, son claves en el proceso de desarrollo de cualquier sociedad.
' El desarrollo durante los próximos doscientos años será global y exponencial.
Juan Carlos Zapata
En mes y medio, estaremos celebrando 200 años de la Independencia de nuestro país. Y aunque sabemos que la historia no tuvo grandes revoluciones, luchas y batallas como la independencia de otros países, fue un acto importante para comenzar a trazar las bases para los países Centroamericanos que compartimos esta misma fecha y en el caso de Guatemala, un esfuerzo crucial en la búsqueda de ese concepto de una Nación libre, soberana e independiente.
Varios historiadores concuerdan en que este hecho no fue “voluntad general del pueblo”, sino que fue promovido por la élite de ese entonces, (que incluía a líderes políticos, académicos, militares, religiosos y empresariales) probablemente por sus propios intereses. Y es que tenemos que recordar que Guatemala formó parte de lo que se conoció como el Primer Imperio Mexicano en los años posteriores a la Independencia y luego de la República Federal de Centroamérica.
Ahora bien, qué relevancia tiene el bicentenario en el fortalecimiento del orgullo nacional. Nuestro país, según la última encuesta de la Universidad de Vanderbilt, sobre orgullo por la nacionalidad en las Américas, destaca que del año 2006 al 2017 en Guatemala ha mejorado el orgullo nacional de un 64 a 84% de la población. De hecho, según dicho estudio, el país con más orgullo nacional en las Américas es Panamá, donde un 91% de su población siente ese orgullo por la nacionalidad.
El Bicentenario entonces puede llevarnos a seguir encontrando el camino hacia fortalecer el concepto de qué es ser guatemalteco y cómo eso puede ser una piedra angular para nuestro propio desarrollo.
La celebración de los 200 años de Independencia puede ayudarnos a construir juntos procesos más participativos, hacia la facilitación y mejora de la eficiencia de los servicios públicos y construir un Proyecto de Nación, que, por medio de mecanismos de disrupción, ponga a la niñez y a nuestra juventud al centro de la conversación y que, por medio de mecanismos más innovadores, podamos alcanzar una mejor calidad educativa.
Por ello, participar en conversatorios con este tipo de temas me llena de esperanza, puesto que creo que ese proyecto de Nación debe ser la Educación de calidad. El primer paso para ir construyendo un mejor país, una Guatemala que vea a través de la educación si en los últimos 200 años el desarrollo había sido lineal, los próximos 200 años, gracias a la tecnología y a la disrupción de la cuarta revolución industrial en la que estamos, será global y exponencial, donde la tecnología, convierte la escasez en abundancia y donde toda nuestra población tendrá la capacidad de estar más y mejor informados.
Si bien la base debe ser la educación de calidad, el mecanismo para llevarlo a cabo está en un aumento sustentando de las telecomunicaciones, la conectividad y la inversión en la infraestructura necesaria, para que cualquier persona, sin importar en donde haya nacido, tenga la oportunidad de conectarse a Internet y mejorar sus conocimientos para estar mejor informado.