SI ME PERMITE
La responsabilidad antecede a lo que nos gusta
“El mayor día de la vida es cuando tomamos responsabilidad total de nuestras actitudes. Ese es el día en que realmente crecemos”. John C. Maxwell
' Se nos conoce mucho más por cuán responsables somos que por cualquier otra cualidad que se manifiesta.
Samuel Berberián
En la extensión de la vida de cada individuo, en la medida que se va involucrando en las diferentes tareas, también se le asignan responsabilidades que quedan a su cargo y debe cumplir de la forma en que le fue indicado. Probablemente no siempre sea lo que uno hubiera escogido, pero por la simple necesidad que tiene decide cumplir con ello. Cuando entendemos que somos observados en todo lo que hacemos, más nos valoran por los modos en que hacemos las cosas y en base a ello nos dan otras oportunidades.
A veces podemos delegar a otros los trabajos, pero no por ello nos podemos desentender porque lo que dejamos que otros hagan, una vez concluida la tarea, será evaluada sin lugar a duda, y si hubiera algún reclamo se le hará al que se le encargó la tarea y no al que la hizo. Claro, si al momento en que se nos encargó algo nos disculpamos y aclaramos que no podemos hacernos cargo de ello, libramos toda responsabilidad, pero si no lo dijimos tácitamente, aceptamos la responsabilidad de lo que hay que hacer y por ello se nos pide cuenta tarde o temprano.
Cada individuo en esta vida está expuesto a circunstancias no previstas, las cuales no solo afectan a la persona, sino también a sus responsabilidades. Pero esto en ningún momento debe ser razón para incumplir injustificadamente por la circunstancia particular que sea. Si así es, debemos buscar la posibilidad de que alguien nos pueda hacer el favor de sacar la tarea o bien en cuanto el impedimento se presenta notificar que un contratiempo está afectando el poder cumplir con el encargo aceptado.
Cuando uno es aceptado por lo que es o lo que puede hacer es una ganancia que se pudo tener porque hay precedentes que le dan el crédito para la aceptación. Del mismo modo, también en los casos contrarios, cuando no se ha cumplido, está la desagradable verdad que hace que las oportunidades para poder tener un espacio y ser aceptado sea mucho más difícil. Bien se define esta realidad con la frase: “Se le cierran las puertas”, y puertas que se cierran por una irresponsabilidad personal muy pocas veces se podrán volver a abrir, porque difícilmente la gente quiere arriesgarse con quien no le ha cumplido alguna vez.
Cuántos de los que nosotros conocemos, que posiblemente se pensó que tenían muy pocas posibilidades de abrirse camino y alcanzar el éxito, lo han hecho más por ser responsables en la oportunidad que tuvieron que por la capacidad demostrada, y se han cruzado con los que tienen la buena voluntad de apoyarlos y recomendarlos simplemente porque en lo que hicieron reflejaron una conducta responsable y por ello se ganaron la confianza y la bondad de ellos se manifestó porque no estaban buscando hacer lo que les gustaba, sino hacer lo que hacía falta, y lo hicieron como si fuera lo máximo.
Cuán cuidadosos debemos ser porque no sabemos qué oportunidades de la vida que se nos presentan pueden ser las que darán el giro para alcanzar los sueños de la vida por solo haberlos hecho con todo entusiasmo y buena disposición, por lo que muchos habrán de recomendarnos favorablemente por el modo en que hicimos la tarea y no tanto qué es lo que estábamos haciendo.