SI ME PERMITE

La vocación gratifica y minimiza la fatiga

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“El placer que acompaña al trabajo pone en olvido a la fatiga”. Horacio

Cuando entendemos que la vocación es una inclinación que la persona siente para dedicarse a un modo de vida que determinará no solo su ocupación, sino el tipo de personas con las que habrá de relacionarse, se puede fácilmente decir que está descubriendo el mundo en el cual se desempeña para poder ser productiva.

Esto es tan fundamental porque la inclinación vocacional puede fácilmente estar saliendo a luz desde muy temprano en la vida del individuo, puede percibirse por lo que le llama la atención o bien con el tipo de juegos que lo atraen, y muchísimas veces por el modo en que se distrae o las preguntas que está formulando.

Si entendemos la dinámica que la vocación encierra, deberíamos ser muy cuidadosos cuando estamos criando a nuestros niños, no sea que por un descuido estemos atropellando los primeros pasos que los están encaminando a la vocación que quieren alcanzar. No es extraño; al contrario, es muy común escuchar de los padres lo que ellos quieren que sus hijos sean cuando sean grandes. Si lo que ellos como padres desean está alineado con la inclinación a la vocación de los hijos, qué bueno, pero si no es así, es lamentable que no se pueda visualizar a dónde se quiere llegar con los sueños que el niño tiene.

' Los que ayudan a cultivar mi vocación llegan a ser, sin duda, mis héroes de por vida.

Samuel Berberián

Es sorprendente que cuando uno está encaminado en la ruta de su vocación nada parece difícil, y mucho menos imposible. Siempre se encuentra la forma de abrirse camino para alcanzar lo que tanto se desea.
La fatiga que muchos experimentan al desempeñar sus obligaciones o las tareas que tienen asignadas muy probablemente es porque están cumpliendo con algo que les ha sido asignado y por someterse a las órdenes que se les dan cumplen a cabalidad la tarea con un desgaste mucho mayor que quien está haciendo la misma tarea, pero por su vocación es la destreza que requiere.

Solo podemos observar en el simple hecho de aquellos que salen a correr y lo hacen porque tienen una meta que alcanzar, lo hacen con cierta capacidad, resistencia de forma rutinaria. En sus rostros se refleja un logro de gratificación por lo que están haciendo. Es diferente a los que son enviados a hacer algo y con las exigencias del caso, claro está que lo que están haciendo lo hacen bien, pero en el marco del cumplimiento del deber, y su expresión es de una tarea que se debe cumplir y cuanto antes termine mucho mejor será.

Si nosotros los mayores podemos observar a aquellos sobre los cuales tenemos de alguna manera la responsabilidad formativa y ver qué cosas son más propensas a cumplir, que lo hacen mostrando una habilidad para ir mejorando, deberíamos saber cómo ser los facilitadores para que sigan avanzando y mejorando en lo que están mostrando que son capaces de hacer.

Aquellos cuya vocación les ha permitido destacarse como modelos, logrando que las personas que los observan alcancen su vocación, apoyándoles de cierta forma, han logrado llegar a ser útiles en la sociedad, inspirando a otros a ver los beneficios que tiene esa vocación correctamente desempeñada.

Además de autoevaluarnos si estamos invirtiendo nuestro tiempo y esfuerzo en lo que es nuestra vocación, debemos animar y apoyar a los nuestros cada día a afirmar su vocación y desempeñarla productivamente.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.