PUNTO DE ENCUENTRO
La voluntad del pueblo que no quieren aceptar
El proceso electoral suponía para el Pacto —esa alianza corporativa autoritaria integrada por políticos corruptos, miembros de la élite económica y de grupos emergentes, militares de la contrainsurgencia y sus organizaciones satélites y redes criminales— la vía para afianzar el régimen autocrático que está instalado en Guatemala.
Por eso dispusieron manipular las elecciones desde el inicio. Con el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y las altas cortes bajo su dominio, vetaron y expulsaron de la contienda a candidatos y candidatas que, según sus cálculos, tenían posibilidades “reales” de disputarles el poder y dejaron en la boleta blanca a “sus” candidatos y a quienes consideraban no representaban mayor peligro durante la jornada electoral.
Sin embargo, ni las decisiones arbitrarias del TSE, ni la judicialización del proceso por la vía de amparos que fueron resueltos a su favor, ni las querellas sin sustento planteadas por el MP contra opositores políticos, ni el uso millonario de recursos públicos para comprar voluntades a través de una estrategia clientelar les fueron suficientes para llevar a segunda vuelta a Zury Ríos o a Manuel Conde y que el antivoto de Sandra Torres —la gran electora de presidentes— les diera la victoria en la segunda ronda de la elección.
No les alcanzó. La población les “jugó la vuelta” y votó por Bernardo Arévalo de León, y esos votos al binomio de Semilla, más los nulos y blancos, lo catapultaron al balotaje en una clara muestra de rechazo al estado actual de las cosas. Pero como se veía venir, el Pacto no se quedó de brazos cruzados. Justamente en este mismo espacio, la semana pasada advertía de que tras el remezón vendría el contrataque de la alianza corrupta. Y así fue.
Primero montaron una agresiva campaña de desinformación y calumnias contra Arévalo y el Movimiento Semilla, lanzando en las redes y a través de grupos de chat una narrativa para despertar todos los miedos. Hasta videos de pastores confirmando que Arévalo es el “anticristo” hicieron circular.
' Hacen jugar a las cortes para darle “barniz” de legalidad a la manipulación electoral.
Marielos Monzón
Al mismo tiempo y sin disimulo, cerraron filas detrás de la candidata de la UNE —la siempre odiada Sandra Torres—, quien respondió de buena gana reforzando en el discurso su actual posición ultraconservadora y dejándose arropar por lo más rancio del statu quo nacional.
Claramente esto solo fue el primer paso de la ofensiva. Tarde o temprano iban a hacer jugar a las cortes para darle “barniz” de legalidad a la estrategia de manipulación. Ni modo que teniendo al sistema de justicia de su lado lo iban a desperdiciar. Y la acometida llegó más temprano que tarde.
Como anillo al dedo les vino la pugna por la alcaldía de la ciudad de Guatemala, en la que Roberto González, candidato del partido Creo, que quedó segundo por una diferencia de apenas 500 votos, denunció que hubo inconsistencias a la hora de consignar los resultados en algunas mesas de la capital y que impugnaría. Esa era una denuncia con sustento.
Ni lerdos ni perezosos, los partidos del Pacto se levantaron bajo el grito de un fraude en la elección presidencial a todas luces inexistente. Aún y cuando ya habían reconocido su derrota (Zury Ríos publicó un mensaje en redes —que luego borró— aceptando el resultado) presentaron un amparo colectivo ante la Corte de Constitucionalidad y consiguieron frenar —¡vaya sorpresa!— la oficialización de los resultados de las elecciones, lo que abre la puerta para una peligrosa manipulación del resultado electoral. Por más absurdo que parezca, quieren convencer de que Semilla —un partido de oposición sin incidencia en el TSE y las cortes— pudo cometer un fraude electoral.
Solo la ciudadanía que resistió en las urnas y rechazó con su voto este régimen autoritario corporativo y corrupto puede frenar esta intentona de burlar la voluntad popular. Toca unirnos y redoblar.